Andalucía

300 familias de Cádiz viven rodeadas de grietas y socavones desde hace 15 años

En 2009 hubo un corrimiento de tierras y nadie ha reparado los daños. Cada día tienen que recorrer un kilómetro a pie para salir de su barrio.

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José Antonio nos enseña su casa. Abre la ventana para que veamos bien las grietas que hay en todos lados. Recorren la habitación de su hija, el baño, el salón...y si salimos al patio es aún peor, porque en la pared hay una grieta de cuatro dedos de ancha. "Cada dos meses tengo que hacer cemento para tapar las grietas porque me entran ratas", cuenta. Con este panorama, José Antonio comenta que viven "asustados, porque nadie sabe si esto algún día se puede caer"

Lleva años asustado, igual que las 300 familias que viven en esta barriada de Arcos de la Frontera, en Cádiz. Uno de los ocho bloques de la barriada de La Verbena tuvo que ser desalojado. Más de 30 familias tuvieron que abandonar sus casas porque empezaron a detectarse unas grietas en el terreno provocadas por un corrimiento del terreno. La administración consiguió frenar el deslizamiento de la ladera con una inyección subterránea de hormigón. De eso hace 15 años.

Esas obras de hormigón terminaron pero se dejó a medias la rehabilitación y esta barriada se quedó rodeada de vallas y lonas. Los vecinos para acceder a la calle, incluso, a los contenedores de basuras tienen que rodear varios edificios. Al final, caminan casi un kilómetro. "No podemos acceder ni a los garajes, estamos sitiados, enjaulados y así llevamos años", cuenta Germán Márquez, presidente de la comunidad de vecinos.

Isabel es mayor, como muchos de los abuelos de esta barriada que tienen problemas de movilidad: "Llevo años sin poder salir de casa, me gustaría sentarme en el parque al sol y no puedo"

El tiempo pasa y nadie les da una solución. Un vecino se queja porque, asegura, que han pasado los años, "han gobernado de uno y otro bando, de uno y otro color político y todos se han pasado la pelota".

Y lo peor es que alguna vez ha habido incendios y los Bomberos no han podido acceder al recinto. Todo ha quedado en un susto pero los vecinos viven angustiados porque "algún día puede suceder una desgracias.

Todos estos vecinos tampoco pueden acceder con sus coches a sus plazas de garaje porque están inundadas de puntales. Sus coches no pueden entrar en el garaje y las ambulancias no pueden entrar en su barrio

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