Rafa Nadal arrancó su 2021 en Australia, en concreto, en Adelaida, la ciudad donde ha pasado su confinamiento previo al Open de Australia y donde se enfrentó a Dominic Thiem. El balear venció en dos sets (7-5, 6-4) al tenista austríaco.
Pero por una vez la noticia no estuvo sobre la pista ni en ningún golpe genial de Nadal. La gran noticia fue ver de nuevo público en las gradas. Y es que Australia ha logrado, gracias a estrictas medidas y un duro confinamiento, tener cero contagios de covid-19 en todo el país.
En un ambiente relajado, Nadal y Thiem, campeones en 2020 de Roland Garros y el US Open, respectivamente, se volvieron a ver las caras en suelo australiano, prácticamente un año después de que el austríaco apease al manacorí en los cuartos de final del Open de Australia.
Antes, fue el turno de Novak Djokovic, que fue protagonista del día por su renuncia inicial a jugar ante el prometedor italiano Jack Sinner, para finalmente presentar al encuentro cuando este ya había disputado su primer set.
El número uno del mundo está con ampollas en su mano derecha y su entorno anunció que no podría saltar a la pista, por lo que en su lugar lo hizo su compatriota Filip Krajinovic, que se llevó la primera manga por 6-3.
Sin embargo, ante la sorpresa y algarabía del público, el de Belgrado, con su mano vendada, hizo acto de aparición en la pista para jugar el segundo parcial ante Sinner. Y pese a su supuesta incomodidad, se hizo con el parcial con otro 6-3 y apenas perdiendo puntos con su saque.
