Del sufrimiento al éxtasis: el 'partido' de Simeone ante el Inter en el Metropolitano

La remontada de anoche ante el Inter figura ya en la lista de partidos históricos del Atlético de Madrid. Y es que el equipo de Inzaghi llegaba al duelo con ventaja del partido de ida, en un estado de forma intimidante e incluso se adelantó en el Metropolitano con un gol de Dimarco. Pero el equipo rojiblanco nunca dejó de creer, al igual que los casi 70.000 colchoneros que poblaron las gradas del feudo rojiblanco. Simeone fue uno más, el líder de una afición que nunca falla y que siempre está ahí, lista para apoyar a su equipo.

Desde su llegada en diciembre de 2011 al banquillo del Atlético, Simeone ha vivido muchos momentos especiales, pero el duelo de anoche fue especialmente emocionante para el técnico argentino. El Cholo, con el pase a cuartos ya asegurado, agradeció el apoyo a la afición y destacó que "nuestra gente es determinante en nuestro estadio".

"A nuestra afición solo les digo que gracias. Tengo un gran respeto y admiración por nuestra gente. Cuando vinimos para el estadio fue emocionante la llegada del equipo. Veníamos de un mal partido en Bilbao y de un partido feo en Cádiz. No era momento de pedir, si no de dar y esto apareció en el equipo. Se sintió enormemente el apoyo de la gente. Nuestra gente es determinante en nuestro estadio", explicó Simeone.

Una montaña rusa de emociones durante 120 minutos

La noche fue un carrusel de emociones para el entrenador del Atlético de Madrid. Sufrió durante los 120 minutos y no quiso ni ver la tanda de penaltis en la que Oblak emergió como un héroe para dar el pase al Atlético a los cuartos de final de la Copa del Rey. El argentino no paró quieto en la banda, animó a los suyos y celebró a lo grande el 2-1, obra de Depay y que mandaba el partido a la prórroga. Incluso se lesionó en la celebración, cuando salió corriendo y se tuvo que detener al sufrir un pinchazo en la pierna.

Simeone también sufrió la ocasión fallada por Riquelme en el minuto 92, a 30 segundos del final. El argentino se fue al suelo, sin creerse que ese balón no hubiera acabado dentro de la portería de Sommer.

En la prórroga siguió el sufrimiento y en la tanda de penaltis no quiso ni mirar. Tras el lanzamiento arriba de Lautaro, Simeone soltó toda la tensión y emoción.

El argentino agradeció a la grada su apoyo visiblemente emocionado en una de las noches más especiales para él desde que entrena al Atlético de Madrid.

"Hoy apareció nuestra gente, que transmite una energía. que los jugadores reciben. Hoy tuvimos un plan y todos trabajaron por él. Los jugadores no se pusieron a pensar que tenían que correr. Corrieron porque este estadio es increíble. A la afición solo le digo que gracias", resumió Simeone tras eliminar al Inter y meter al Atlético entre los ochos mejores clubes de Europa.

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