Las españolas a las órdenes de Fabián Tellez perdieron en semifinales ante Australia, selección que se medirá ante la poderosa Estados Unidos en la final del Mundial.
La Selección española es signo y fiel reflejo de sus compañeras más mayores, de las actuales campeones de Europa y ejemplo a seguir por las jóvenes generaciones. Cada rebote, canasta o buena defensa era celebrado por todo el banquillo del equipo, dando signos de la unidad existente, gracias a la cual se consiguen grandes cosas.
Comenzaron las españolas por detrás en el marcador, al encajar un parcial de 7 a 0, pero supieron reponerse, llegando a empatar el marcador a 11 puntos. Una gran reacción que hizo que las jugadoras fueran de menos a más a lo largo del partido y finalizaran el primer cuarto por 15 a 14.
Comenzó el segundo cuarto , con una mejora evidente de los fallos cometidos por las españolas en las semifinales, controlando el rebote y evitando las segundas oportunidades por parte del equipo contrario. Sin embargo, el porcentaje en tiros de campo era bastante bajo y España se fue perdiendo al descanso por 21 a 25, anotando tan solo 6 puntos en todo el segundo cuarto.
El tercer periodo comenzó de la misma manera que el primero, con un triple de las belgas. A pesar de ello y de la misma forma que al comienzo del partido las de Fabián se vinieron arriba ante la adversidad y dieron la vuelta al marcador, finalizando el tercer cuarto por delante: 38-35.
Llegaba el último cuarto, con un marcador más que apretado y un final a priori de infarto. Sin embargo, nuestras chicas supieron, a pesar de la falta de experiencia, llevar el control del partido y el tempo del mismo, consiguiendo rentas de hasta 9 puntos, finalizando el partido con un marcador favorable de 58 a 52.
La mejor jugadora del partido fue la belga Billie Massey con 20 de valoración y hasta doce puntos, junto a los 11 rebotes logrados. En España, fue Helena Pueyo la más valorada con 19, 10 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias.
Así, la Selección española dirigida por Fabian Tellez, junto a Raquel Romo y Javier Torralba consiguen una medalla de bronce que sabe a oro. Una medalla que demuestra el gran estado de forma del baloncesto femenino español.
En definitiva, una medalla que argumenta porque las mujeres siguen demostrando que están, que ganan y que interesan, frente a los continuos obstáculos.
España y ellas ganan.
