Aire, tela hinchable y... de repente un edificio es atacado por un pulpo gigante. Enormes tentáculos verdes que también se han visto en trampolines de piscinas o fuentes públicas.
Toda una exhibición de arte callejero obra de Luke Egan y su amigo Pete Hamilton. "Esperamos que la gente se sorprenda", dicen. Aspiran a cambiar la rutina de las personas aunque sea un instante.Su especialidad los globos de todas las formas, colores y tamaños. Simulando una carrera de peces por la calle, tuneando un coche o decorando un festival de música.
Pero también son capaces de crear un gigantesco video juego en la fachada de un edificio "utilizando vallas de construcción, luces y un programa informático".
Dan vida a los conos de tráfico y ojos a la naturaleza. Cáscaras de plátano, inmensos lapiceros o sumideros imposibles en el patio de una casa. Bestial arte hinchable.