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ATERRIZAN EN EL CAIRO, SU DESTINO ORIGINAL

Regresan a Egipto los pasajeros del avión desviado a Chipre por un secuestrador

El avión con 55 pasajeros, entre ellos 21 extranjeros, y la tripulación aterrizó en El Cairo en medio de una gran expectación tras una jornada llena de tensión. Tras salir de la ciudad de Alejandría, el aparato en el que viajaban fue desviado hasta Chipre por un egipcio con antecedentes penales, ahora detenido, que simuló llevar adosado al cuerpo un cinturón de explosivos. Sus motivos todavía no se han esclarecido.

Los pasajeros y la tripulación del avión de Egyptair secuestrado y forzado a aterrizar en el aeropuerto chipriota de Lárnaca regresaron a Egipto, acompañados del ministro de Aviación Civil, Sherif Fathi Atiya, a bordo de un aparato fletado por las líneas aéreas egipcias. El aparato aterrizó en El Cairo a las 21:20 hora local (19:20 GMT) en medio de una gran expectación en torno al titular de Aviación, que se desplazó a Lárnaca para acompañar a los rehenes liberados de vuelta a la capital egipcia, destino original de los 55 pasajeros, entre los que hay 21 extranjeros.

Atiya dijo que algunos de los pasajeros viajaron directamente desde Chipre a sus destinos finales, mientras que otros han regresado a El Cairo, adonde deberían haber llegado doce horas antes. El primer ministro egipcio, Sherif Ismail, recibió a los rehenes liberados a pie de pista tras el aterrizaje del avión, fletado expresamente para que pudieran regresar de Chipre, después de que fueran puestos en libertad por el secuestrador tras varias horas de negociación.

Los pasajeros salieron por la mañana de la ciudad mediterránea de Alejandría, en el norte de Egipto, con rumbo a El Cairo, pero el aparato en el que viajaban fue desviado hasta Chipre por un egipcio con antecedentes penales que simuló llevar adosado al cuerpo un cinturón de explosivos. El hermano del asistente de vuelo Hazem Abu Bakr, que viajaba a bordo del aparato desviado, declaró que pudieron hablar con él cuando el avión aterrizó en Lárnaca y que éste tranquilizó a la familia sobre su situación.

Abu Bakr relató a sus parientes que el secuestrador abrió su camisa y mostró lo que llevaba adosado al cuerpo, asegurando que era un cinturón explosivo, y que todos creyeron que era cierto. Afirmó que el asaltante pidió que el avión cambiara de rumbo, pero en ningún momento entró en la cabina. Tras forzar su aterrizaje en Chipre, el secuestrador permitió bajar a los pasajeros y horas después liberó a los siete tripulantes, antes de entregarse a las autoridades chipriotas.

Los motivos que hay detrás de esta acción todavía no se han esclarecido. El primer ministro egipcio descartó que sea un acto terrorista, mientras que Atiya indicó a la prensa en el aeropuerto que las investigaciones continúan para determinar las razones del secuestro.

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