Alberto confiesa sus intenciones: no dejará a Pepa salir del sótano hasta que le quiera. Por su parte, Tristán quiere ver a Pepa antes de marcharse con Martín pero Alberto no le deja pasar. Los vecinos son testigos de la tensa situación entre los dos hombres por Pepa.
Mientras, Pepa aguarda amordazada sin atender las peticiones de amor de Alberto. Este excusa en la posada la ausencia de su mujer diciendo que ha tenido que marcharse a Madrid. Lo mismo le dirá a Tristán cuando vaya a ver por segunda vez que ha sido de Pepa y, aunque no le cree, no puede hacer nada. Pepa trata de hacer ruido para que desde arriba Tristán se percate de su encierro, pero lo único que consigue es que a su vuelta Alberto se ponga violento...
Entre tanto, Sebastián quiere hablar con Francisca pero ésta no le recibe. Cuando lo haga será sólo para pedirle que deje la conservera.
Juan quiere zafarse de Eloísa, pero ésta le corta el paso y se lo lleva al campo, ya no quiere que se vean en la Casona, quiere que sea al aire libre. Y Juan vuelve a caer en sus redes. La culpabilidad que siente es abrumadora.
Gerardo ha ido a vengarse de Sebastián al enterarse de la denuncia interpuesta y sólo la milagrosa aparición de los Castañeda consigue salvarle.