La cabecera de la cuarta temporada de 'Aquí no hay quién viva'

La cuarta temporada de 'Aquí no hay quien viva' comienza con una gran pero breve sorpresa: Paloma despierta del coma. Sin embargo, tras reaparecer en su casa, sale del edificio y es atropellada accidentalmente por Isabel, volviendo al coma.

Juan, cada vez más volcado en ser presidente de la comunidad, conoce a Marta, presidenta de su edificio. El roce hace el cariño y acaban teniendo una pequeña aventura hasta que él acaba arrepintiéndose de su infidelidad y quedándose con Isabel. La relación entre las dos mujeres evoluciona de amigas a enemigas y, extrañamente, terminan como confidentes.

Lucía también tiene un nuevo amor: Yago, un ecologista cubano que no cuenta con el beneplácito del su padre de ella, Rafael. Mientras, sus dos ex, Roberto y Carlos, se convierten en extraños compañeros de piso al alquilar juntos el 2º B.

Tras la marcha de Alicia, Belén comienza a compartir el alquiler del piso con Bea y Ana, que comienzan una relación, y con Carmen. Aparentemente olvidada de Emilio, conoce a Pedro, una relación que parece funcionar hasta que él decide salir con su madre, María Jesús. Superado ese bache, Belén y Pedro se casan... pero él muere en la noche de bodas. Una desgracia si no fuera porque le deja en herencia una fortuna.

Con el edificio siempre dando sorpresas, Andrés se cae con el ascensor y sufre una amnesia, lo que aprovecha Vicenta para hacerle creer que era su marido. Finalmente, se marcha del edificio, al igual que Carmen.