En Badalona, los vecinos del barrio de la Salut han protagonizado titulares en los medios de comunicación y visitas de parlamentarios europeos. Se ha puesto en duda la convivencia entre las familias españolas y los vecinos inmigrantes venidos de fuera, que son ya casi la mitad de la población del barrio. Allí en la Salut viven los Jiménez, casi los únicos españoles de su bloque, encantados con algunos vecinos inmigrantes, hartos de otros que, según denuncian, ponen en peligro su casa y sus vidas.Sin embargo, Eladio y su familia se benefician de la llegada de esos nuevos vecinos: tienen alquilados dos locales a familias chinas que les ayudan a mantener un nivel de vida distinto al de la mayoría de habitantes de la Salut.

En Alfaz del Pi, Alicante, también hay muchos vecinos inmigrantes. Más incluso que en Badalona Más de 50 por ciento de la población ya es extranjera. Pero allí no hay críticas ni quejas. Las familias españolas están encantadas con estos "inmigrantes de lujo", noruegos, que mantiene su economía por encima de la media. Los Orozco son un buen ejemplo: él es marmolista, ella limpia un colegio. Nadie diría que pudieran vivir en un chalet de 600 metros cuadrados con piscina. Pero así es. Porque gracias a esos vecinos de lujo en Alfaz del Pi, de 20.000 habitantes, sólo hay 700 parados, según los datos del INEM local. Eso sí, la convivencia brilla por su ausencia..

Al contrario de lo que ocurre en las corralas sevillanas. Ahí la convivencia no es sólo posible, es obligatoria. Toda la corrala es una familia: las puertas están abiertas, los vecinos se conocen los horarios y la vida de todos, no hay intimidad, para disfrute de muchos y "condena" de algunas familias que no consiguen integrarse en un ambiente tan familiar.

Hay ocasiones en que los vecinos llegan como salvadores. Los Pérez y los García han aterrizado en un pueblo de Salamanca como la única opción de mantener abierta la escuela. Venían de la ciudad, cuentan con ayuda del Ayuntamiento y eso les ha convertido en unos vecinos muy especiales para los pocos habitantes de Villaseco de los Reyes: quienes les apoyan no dudan en mostrarlo a la cámara... los vecinos que no ven bien su llegada hablan en voz baja y murmuran sus razones.

En Villaviciosa de Odón, municipio residencial de Madrid, muchas familias dicen que sus vecinos son una desgracia: la apertura de una universidad privada llenó de estudiantes esta localidad de chalets y adosados familiares. Y sus fiestas nocturnas amargan la vida de sus vecinos.  Los Medrano son un buen ejemplo de familia que invirtió en una casa tranquila en un barrio residencial  para ver crecer a sus dos hijas.. y se ha encontrado rodeada de estudiantes ruidosos que les hacen el descanso imposible.