Elena es un joven abogada madrileña de 31 años. Cuando estaba a punto de casarse y, embarazada de cinco meses tuvo que tomar la decisión más drástica de su vida. "Estaba muy enamorada de él, pero tuve que tomar la decisión pensando en la felicidad de mi hijo, con él no iba a tener esa felicidad". Elena no se cansa de repetir que lo más importantes es no perder la dignidad. Sin embargo "la dignidad no compra pañales ni paga hipotecas, por lo que estaría muy bien que el Gobierno ayudara en cierta medida a las madres solteras", sentencia.

Un caso parecido al de Elena es el de Julia. Tras 8 años de vida en común con su pareja, en cuanto a empezó a notársele el embarazo, el se asustó y la dejó. "Lo teníamos todo, trabajo, casa y un niño deseado, pero él lo aruinó todo".