Uno de los buzos de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil ha conseguido extraer un fardo de droga del 'narcosubmarino' hundido este fin de semana en la ría de Aldán, en Cangas (Pontevedra). La operación se ha llevado a cabo gracias a efectivos de Aduanas, Guardia Civil y Policía Nacional.
El delegado del Gobierno, Javier Losada, ha explicado que hay un fuerte dispositivo policial para detener al sospechoso fugado tras el hundimiento de la nave. Los dos detenidos son tripulantes de la embarcación submarina de nacionalidad ecuatoriana, que previsiblemente pasarán a disposición judicial "a lo largo del día". Losada ha evitado pronunciarse sobre la cantidad de cocaína transportada por esta nave pero fuentes de la investigación han apuntado que se trata de "una importante cantidad". Si se confirma que lleva 3.000 kilos de cocaína a bordo su valor superaría los 100 millones de euros.
En el lugar del hundimiento de esta embarcación, a pocos metros de la costa en la zona de Punta Couso, en la parroquia de O Hío, hay desplegados efectivos de Guardia Civil (la patrullera 'Corvo Mariño' y buzos de los GEAS), que son los que coordinarán el operativo para reflotar el batiscafo.
El submarino llevaba más de veinte días de navegación desde Sudamérica, donde fue cargada la droga posiblemente en Colombia. Se trata de la primera vez que un sumergible es detectado en Europa para introducir droga, y que este método ha sido empleado en ocasiones por organizaciones de narcotraficante para llegar a Estados Unidos con cargamentos de cocaína.
Las pesquisas se centran ahora en determinar qué organización de narcos era la receptora de la droga. Fuentes próximas al operativo, que integran Policía Nacional, Guardia Civil y Agencia Tributaria, creen que se trata de un grupo "muy fuerte" y no descartan que se produzcan detenciones en los próximos días. El submarino que efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil tratan de reflotar con la instalación de hinchables tiene cerca de veinte metros de eslora y un coste de 2,5 millones de euros.
Aunque las primeras pesquisas cifran que la embarcación está cargada con 3.000 kilos de cocaína de gran pureza, las fuentes no descartan que la cantidad sea superior ya que hay fardos tanto en el interior del submarino como en el fondo del mar, ya que los tripulantes trataron de deshacerse de parte de la mercancía. La reconstrucción de la travesía del submarino que hacen los investigadores sitúa el inicio de la navegación hace más de veinte días desde Colombia. Fue después cuando las fuerzas de seguridad recibieron información de que una embarcación sospechosa navegaba por el Atlántico hacia las costas gallegas pasando por las de Portugal, si bien fuentes cercanas a la investigación han apuntado que el destino final estaba más cerca de las costas asturianas.
De hecho, estas mismas fuentes han indicado que los tres tripulantes llegan a aguas asturianas pero por un problema en el submarino, se dan la vuelta y regresan a la costa gallega. Las fuentes han precisado que el objetivo era que la droga fuera trasladada a otra embarcación, una operación que los tripulantes no llegaron a hacer y que, con toda probabilidad, fue la razón para que decidieran hundir el submarino y darse a la fuga. Los tres tripulantes -dos de nacionalidad ecuatoriana y uno español- se lanzan al agua. Los dos primeros son detenidos en la vecina playa de Foxo, mientras que el tercero está huido.
