La despoblación es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta tanto el interior español, como otras muchas regiones de Europa. Algunos municipios buscan rocambolescas soluciones, como el de Montreau en Francia, donde ofrecen viagra gratis para inducir a sus habitantes a tener hijos. Sin embargo, en España la inmigración empieza a convertirse en la salvación de algunos de estos pueblos amenazados por el abandono.
Torre del Burgo es uno de los 17 municipios de España en el que los extranjeros son mayoría. De hecho, ocho de cada diez habitantes son de fuera, posicionándose como el primer pueblo en porcentaje de extranjeros.
El esparrago verde es el principal causante del atractivo laboral del pueblo. Tras avisarse unos a otros, amigos, familiares y familias búlgaras enteras trabajan hoy en la recogida del espárrago, y con el trabajo, también están encantados con la vida en el pueblo: "se vive muy bien y pagan bien".
Por otra parte, los locales del pueblo también están contentos con la compañía de la comunidad extranjera, que para muchos ha salvado al pueblo de quedarse deshabitado: "mucha gente, niños y con trabajo".
No es el único pueblo
Fresnenillas de la Oliva, en Madrid, es otro de los pueblos en los que triunfa la inmigración. De sus 1.500 habitantes, el 30% han venido de 22 países diferentes. Ellos nos explican que les gusta "porque se está muy tranquilo". De hecho, muchos de los extranjeros como Sabina, que vino de Armenia con siete años y ahora es concejala, se sienten tan del pueblo "como los de Frenesillas".
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