Soledad no deseada
La 'tertulia del bordillo', el remedio de unos vecinos de Gran Canaria contra la soledad no deseada
Lo han bautizado como la 'Tertulia del bordillo', y no porque el barrio se llame así ni mucho menos, sino porque se sientan en el bordillo de la acera a conversar cada día.

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Un grupo de vecinos de un barrio de Las Palmas de Gran Canaria ha creado un curioso remedio contra la soledad no deseada de los mayores. Lo han bautizado como la 'Tertulia del bordillo', y no porque el barrio se llame así ni mucho menos, sino porque se sientan en el bordillo de la acera a conversar cada día.
Todo comenzó hace un par de años, cuando empezaron a reunirse unos cuantos vecinos al atardecer en un banco en la calle. Pero al poco tiempo abrieron un supermercado justo delante y el banco desapareció. Entonces comenzaron a sentarse en el bordillo de piedra junto a la carretera. Era una zona muy descuidada, llena de basura y escombros, pero entre todos se pusieron manos a la obra a limpiar, y ahora hasta han plantado unos geranios de decoración. Poco a poco el pequeño grupo ha ido creciendo de manera espontánea: "Como somos simpáticos vamos reuniéndonos cada vez más y nos sirve de terapia", explica Enrique, un jubilado que vive solo y asegura que es uno de los que no falla a la cita diaria.
Y es que como dice Flavio, otro de los participantes en esta tertulia: "Pensamos que la gran epidemia del siglo XXI es la soledad e intentamos paliar esa soledad compartiendo un rato". Lo hacen cada día, da igual que sea fin de semana o festivo, o incluso que haya partido del Madrid como este miércoles, aunque por este motivo reconocen que "hoy faltan algunos que se quedan en casa viendo el fútbol". Se reúnen sobre las siete de la tarde, cuando cae el sol, y charlan durante dos o tres horas: "Conversar, contar las batallas nuestras…Hay una armonía muy buena. Ya es una costumbre del día a día, los echo de menos", dice Miguel. "¡Hablamos de todo menos de política!", exclama riéndose Enrique.
Hay todo tipo de perfiles, todo el mundo es bienvenido. Algunos viven solos, y otros tienen familia, pero todos comparten sus "batallitas" como ellos las llaman: "A algunos los conocía de hace años y los vi aquí sentados y ahora me he hecho familia, da gusto estar aquí", asegura Miguel.
"Hablamos de todo de la vida, del trabajo… Fundamentalmente hay muchos que viven solos", dice Flavio. Pero esta peculiar tertulia contra la soledad no queda solo en el bordillo, va mucho más allá, han creado un vínculo de amistad tan grande que hasta se reúnen en Navidad: "Las últimas navidades nos fuimos a comer todos juntos…Se ha creado un vínculo", cuenta emocionado Flavio.
A día de hoy son unas quince personas las que se reúnen cada atardecer en el barrio de San Francisco de Paula pero no descartan aumentar el grupo e incluso exportarlo a otros municipios. "Empezó con uno dos tres…Y así se fue haciendo un equipo humano", dice Miguel Alemán.
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