Las manazas de los hombres y la poca destreza que tienen con ciertas cosas hacen que, por ejemplo, a la hora de desabrocharle el sujetador a una mujer les sea una actividad muy engorrosa. Pero eso se acabó con el “Clap-Off Bra”, el primer sujetador que se quita entre aplausos. El "culpable", el ingeniero norteamericano Randy Sárafan, un genio de la electrónica.
Esta idea procede de un artículo de la BBC sobre ropa interior electrónica. Este tipo de prendas tienen un gran éxito y tradición en el mundo árabe, donde las mujeres visten bragas musicales o sujetadores que se abren por control remoto.
Randy afirma que las culturas occidentales tienen que aprender de los sirios sobre la lencería electrónica. A partir de ahora intentará introducir este artilugio para goce y disfrute de todo el mundo.
Fueron muchos los intentos, combinando diferentes piezas y mecanismos para intentar conseguir su tan ansiado invento. De hecho, en el camino del diseño de prototipos, alguno se incendió. Y por fin Randy Sárafan consiguió lo que tanto soñaba. Presentó su ”Clap-Off Bra” con grandes deseos de comercializarla de una manera masiva. Pero no fue éxito en ventas, al menos de momento. Sólo consiguió 395 dólares.
La prenda se compone de un electroimán junto con un pasador, una batería de 9 voltios y un dispositivo para controlar la palmada. Todo bajo un gran lazo rosa.
Ahora ya solo toca aplaudir.