Las autoridades de Brasil retienen a un ciudadano español desde hace casi un mes por haber intentado viajar al exterior con un meteorito, algo que no es ilegal en el país suramericano, según informó una fuente consular.
El español Benjamín Ribera aguarda en Río de Janeiro a que un fiscal federal decida en los próximos días si presenta cargos por su intento de regresar a España en posesión de una roca procedente del espacio. Una fuente del consulado español en Río de Janeiro confirmó que en Brasil no existe ninguna legislación que se refiera al tráfico internacional de meteoritos.
Ribera, que llegó a Brasil a finales de junio para pasar su luna de miel, fue arrestado por la Policía Federal el pasado 7 de julio bajo la acusación de contrabando cuando se disponía a embarcar hacia España con un pedazo de meteorito en su poder. Después de pasar un día y medio en prisión preventiva, Ribera fue puesto en libertad, pero desde entonces no puede regresar a su país hasta que resuelva su situación en la Justicia.
El español, natural de Alicante, explicó que estudió geología y que colecciona meteoritos, por lo que se dirigió a la localidad de Varre Sai (Río de Janeiro), cuando supo que acababa de caer una lluvia de rocas espaciales en las inmediaciones el pasado 19 de junio.
Después de informarse acerca de la legislación brasileña, Ribera compró un meteorito a un vecino de la localidad a cambio de cien dólares. Un grupo de investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) denunció a Ribera sirviéndose de una ley que prohíbe a los investigadores extranjeros extraer muestras con fines científicos en Brasil sin estar vinculados a ninguna universidad o institución.
"En lugar de imputarle el cargo por el que le habíamos denunciado, la Policía lo acusó de contrabando porque creen que quería venderlo por internet", relató la profesora de la UFRJ Elizabeth Zucoloto. La investigadora comentó que este meteorito "tiene mucho valor para los investigadores" en función de su escasez en Brasil y puesto que fue recolectado justo después de su caída, por lo que "no estaba contaminado".
Ribera, que permanece en un hotel de Río de Janeiro mientras la justicia decide su suerte dijo que se está gastando "un dineral" en alojamiento, comida y abogados.