Comunidad Valenciana

Las polémicas homilías de un joven párraco en un pueblo de Valencia, con discursos homófobos y misóginos

Un párroco de tan solo 24 años consigue ponerse al pueblo en contra por sus homilías contra homosexuales y mujeres: "Desde que ha llegado él, muchísima gente no va a misa ya".

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Parece difícil lograr que, en apenas un año, alguien sea capaz de ganarse la repulsa de casi todo un pueblo que cuenta con apenas 1.400 habitantes. Pero es lo que ha conseguido un joven párroco de tan solo 24 años de edad, quien, en apenas un año, ha hecho famosas sus homilías por los exabruptos que, según sus vecinos, lanza contra homosexuales y mujeres, lo cual ha provocado que gran parte de los habitantes de Albalat dels Tarongers no puedan ni verle la cara.

Los propios vecinos reconocen que les echa muy para atrás el tenerle de párroco. "Desde que ha llegado él, muchísima gente no va a misa ya", asegura un vecino. Otra vecina afirma que "a las mujeres nos echa para abajo y al hombre para arriba". Y no solamente ellos se llevan la peor parte. Personas homosexuales, personas divorciadas... nadie se escapa de las actitudes conflictivas de este joven párroco que, pese a todo, es apoyado, al menos de momento, por el Arzobispado de Valencia.

La otra parte es la que apoya a los vecinos, el Ayuntamiento del municipio, que ya ha reprobado al párroco y cuya alcaldesa, Maite Pérez, ha dado la razón a los vecinos en sus quejas por las palabras que dice el párroco en las homilías y asegura que no va a permitir que propague semejantes discursos sin que haya consecuencias: "Se está propiciando y promulgando el odio hacia colectivos como pueden ser homosexuales, mujeres maltratadas..."

Él se defiende y asegura que los vecinos mienten

El octavo mandamiento de la religión cristiana es aquel que dice "No darás falso testimonio ni mentirás". Y ello conduce a dar por hecho que una de las dos partes se está saltando dicho mandamiento, puesto que el párroco niega que esté diciendo semejantes barbaridades. Cuando acudimos a preguntarle, nos responde de forma breve y evadiendo contestar específicamente: "Mire en el Catecismo de la Iglesia Católica. La Iglesia ama a todos". Por último, asegura que "estamos en manos de Dios".

Los vecinos siguen muy enfadados y piden que se haga algo para evitar que esta situación continúe. A pesar de que el párroco lleva únicamente un año en su puesto, ya ha conseguido ganarse el desprecio de gran parte del pueblo, y es que, según los calificativos que los vecinos denuncian, se está promoviendo un discurso incompatible con la convivencia. Mienta quien mienta, lo cierto es que alguien se está saltando, por lo menos, uno de los diez mandamientos.

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