Casa de los horrores
Piden 266 años de cárcel para el médico acusado de torturar a sus 8 hijos: el infierno oculto en un chalet de Colmenar Viejo
La Comunidad de Madrid reclama duras penas para el doctor del Gregorio Marañón y su esposa, señalados por años de humillaciones, violencia y abusos contra los menores.

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Lo que parecía un tranquilo chalet en Colmenar Viejo escondía, según la investigación, un escenario de violencia sostenida contra ocho menores. La Guardia Civil detuvo en abril de 2023 al médico Domingo S. S., trabajador del Hospital Gregorio Marañón, y a su esposa tras la denuncia de una de las niñas. La intervención permitió liberar a los ocho hijos del matrimonio cinco niñas y tres niños que, según la acusación, vivían sometidos a un régimen de miedo y humillación constante.
La Comunidad de Madrid solicita 266 años y nueve meses de prisión para el padre y 185 años para la madre. Ambos están acusados de malos tratos continuados, lesiones físicas y psíquicas, detención ilegal y agresiones sexuales, según el escrito presentado ante la Audiencia Provincial.
El padre, según la fiscalía, era quien imponía este ambiente de terror, mientras que la madre participaba y avalaba el sistema de castigos. Sus abogados, Juan Gonzalo Ospina y Beatriz Uriarte, han evitado pronunciarse sobre las durísimas peticiones de prisión.
Un clima de terror con castigos extremos
La acusación detalla episodios que describen un control absoluto sobre los menores. El padre llegó a atar a uno de los hijos al tiro de la escalera con cinta aislante, dejándolo durante horas inmovilizado mientras él acudía a trabajar. El hambre, la privación de sueño y los encierros en el sótano se utilizaban como herramientas habituales de castigo.
En otra ocasión, tras descubrir que tres de sus hijos habían visto la televisión, una conducta estrictamente prohibida, el médico los llevó a la cocina, los desnudó y los golpeó con un rodillo de amasar. Según el informe, la lista de agresiones continúa con ataques utilizando cuchillos, rodillos, una maza o incluso un sacacorchos, así como episodios de asfixia que dejaban a los niños sin aire durante segundos.
Por estos hechos, la Comunidad de Madrid pide 129 años de cárcel para el médico y 35 más por las lesiones psicológicas que arrastran siete de los menores.
Abusos sexuales y secuelas psicológicas profundas
Además de la violencia física, la acusación solicita 102 años adicionales para el padre y 86 para la madre por diversos delitos de agresión sexual contra las dos hijas mayores. Según su relato, ambas fueron obligadas durante meses a ver vídeos pornográficos como forma de castigo y humillación, recibiendo golpes si apartaban la vista. Incluso en una ocasión fueron obligadas a realizar tocamientos a la madre "de la forma que se veía en los videos".
Las secuelas para los menores son profundas: cicatrices, daños dentales, ansiedad, depresión, episodios de autolesiones e ideación suicida. Actualmente, todos ellos permanecen bajo la tutela de la Comunidad de Madrid mientras avanza un proceso judicial que podría convertirse en uno de los más graves registrados por violencia intrafamiliar en España.
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