Palma

El 'lujo' de una piscina portátil casi termina en tragedia en Palma

6 toneladas de una piscina de plástico pusieron en jaque la estabilidad del edificio.

La piscina portátil

La piscina portátilPolicía local Palma

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El pasado martes, un enorme dispositivo de servicios de emergencia irrumpió en la calle Miquel Santandreu de Palma. El motivo: una piscina de montaje rápido. La instalación acuática, montada en la terraza de un segundo piso, estuvo a punto de sembrar el caos en un edificio de varias plantas debido al exceso de peso que representaban los aproximadamente 6.000 litros de agua que contenía. La piscina, de grandes dimensiones, fue llenada hasta la mitad, lo que supuso una carga cercana a las seis toneladas, concentrada en un punto concreto del forjado.

Varios vecinos dieron la voz de alarma al oír un fuerte crujido en la estructura. Llamaron a los servicios de emergencia, y estos activaron una intervención inmediata para evitar daños mayores. Los bomberos vaciaron el agua en tan solo 10 minutos haciendo uso de electrobombas.

Hasta el lugar se desplazaron también técnicos del área de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento, quienes comprobaron que la estructura del edificio presentaba signos de sobrecarga. Los especialistas ordenaron vaciar la piscina de inmediato para evitar consecuencias graves y ahora preparan un informe para evaluar los daños, que verá la luz en las próximas semanas.

La alerta de los bomberos

El cuerpo de Bomberos de Palma, en declaraciones a Antena 3 Noticias, advierte del grave riesgo que supone colocar elementos pesados, como piscinas, sin una evaluación previa.

Por eso, añaden: "Es muy importante consultar con un arquitecto o técnico cualificado antes de instalar cualquier carga muy concentrada adicional en terrazas o balcones".

Pero esto no queda aquí: quienes instalan este tipo de piscinas de forma unilateral podrían enfrentarse a sanciones. Según explica a este portal el abogado Miguel Forteza-Rey, en estos casos se lleva a cabo un expediente administrativo, con lo que las multas podrían superar los 6.000 €, aparte de los daños y perjuicios que pueda exigir la comunidad de propietarios.

Este incidente ha reabierto el debate sobre los peligros de modificar el uso de espacios residenciales sin considerar las limitaciones estructurales de los inmuebles. Refrescarse, incluso dentro de un edificio, debe hacerse, según advierten los expertos, siempre con medidas de seguridad adecuadas.

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