Bullying
La familia de la niña que se quitó la vida en Sevilla había denunciado el acoso dos veces: "Nadie hizo nada"
La familia de la joven de 14 años que se quitó la vida en Sevilla asegura haber presentado dos avisos formales con informes psicológicos sin obtener respuesta del centro. La Junta de Andalucía anuncia que también llevará el caso ante la Fiscalía.

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La tragedia de Sandra Peña, la joven de 14 años que el pasado miércoles se precipitó desde un balcón en la calle Rafael Laffón de Sevilla, ha sacudido a la comunidad educativa y reabierto el debate sobre la gestión de los casos de acoso escolar. Su familia ha anunciado que denunciará al colegio Irlandesas Loreto, al que acusan de no haber activado el protocolo antiacoso pese a las reiteradas advertencias de la madre.
El más profundo dolor se hacía patente esta mañana durante una concentración ante el altar improvisado en el portal de la casa familiar. Los padres de Sandra, su hermano de 16 años y el abuelo materno se fundieron en un emotivo abrazo ante las velas y flores en memoria de la joven. Solo un aplauso de los presentes rompió el silencio cargado de sollozos.
Tras esta dura escena, el tío de la menor, Isaac Villar, relató a los medios de comunicación que la familia avisó al centro en dos ocasiones. "Se puso en conocimiento del colegio una primera vez al inicio del curso anterior y otra justo antes de comenzar este curso, 2025-2026", explicó. "En esta última ocasión ya se hizo oficialmente la denuncia, acompañada de un informe psicológico, porque la niña estaba recibiendo ayuda profesional. A la vista está que no se ha tomado ninguna medida por parte del centro, ni se han puesto en contacto con la familia. No hemos recibido nada y sentimos una impotencia enorme, porque si se hubiera hecho algo, no estaríamos aquí".
Villar asegura que el colegio nunca respondió a las denuncias: "Nada, es que no ha habido nada. No hemos tenido ninguna respuesta en ningún momento. Solo la reunión del día que presentamos la denuncia, y ya está".
Sobre las medidas adoptadas, el tío confirma que “hubo un cambio de clase, pero fue una petición de mi hermana, no una decisión del colegio". Según explica, "ella pidió que no coincidieran en la misma aula porque le hacían la vida imposible". Sin embargo, el acoso "siguió igual", añade: "No coincidían en clase, pero estaban los pasillos, el patio, y algunas asignaturas compartidas".
El tío de Sandra sostiene que nadie del centro ha llamado a la familia tras la tragedia: "Después del lunes no ha habido ninguna llamada por parte de la dirección. Ninguna. Solo el comunicado que han publicado". Tampoco la familia tiene constancia de haber sido contactada por la Consejería de Educación.
"La familia va a tomar todas las medidas legales necesarias", afirmó Villar. "Queremos que se llegue al fondo de la situación, que se aclaren los hechos y que se depuren responsabilidades. Todo aquel que sea responsable debe responder".
Isaac Villar reconoce que no tenían conocimiento de otros casos previos en el colegio, donde tanto él como su hermana estudiaron. "Es el colegio del barrio de toda la vida. Nosotros estudiamos allí y nunca habíamos escuchado nada", señaló.
Sobre su sobrina, habló con emoción contenida: "Era maravillosa. Una niña alegre, siempre feliz. Quien no lo supiera, jamás imaginaría lo que estaba pasando. Siempre con una sonrisa, un beso, un abrazo. Le encantaba el fútbol, su Betis… Era espectacular".
La Junta de Andalucía ha anunciado que también llevará el caso ante la Fiscalía, al considerar que el colegio pudo haber incumplido su obligación de activar el protocolo antiacoso. La Consejería ha prometido revisar los procedimientos internos y reforzar la formación del personal docente.
Mientras tanto, la familia pide que el nombre de Sandra no se olvide. “Ojalá esto sirva para que nadie vuelva a verse en esta situación”, dijo su tío. “Mucho menos mi hermana, ni ningún otro padre”. En las redes y en las calles, su recuerdo resuena: “Por Sandra, que nadie mire hacia otro lado.”
Los nervios a flor de piel
Hoy el colegio Irlandesas Loreto amanecía lleno de pintadas pidiendo justicia para Sandra y culpando al centro de inacción. En los corrillos de progenitores y familiares de alumnos solo se hablaba de un tema: Sandra y el papel del colegio.
Minutos antes de la concentración silenciosa, la tensión entre padres y madres del centro era patente desde primera hora, discusiones entre ellos por el mensaje de las pintadas y la presencia de los medios encendió la mecha.
Una disputa elevó demasiado el tono, la UIP (Unidad de Intervención de la Policía Nacional) que estaba presente y tuvo que intervenir para poner orden y apaciguar los ánimos. Los agentes permanecieron en el centro educativo y en los alrededores hasta bien entrada la mañana.
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