Publicidad

INTRODUCÍAN ARROZ, ACEITE Y SAL EN LOS BIBERONES

Condenan a tres años de cárcel a un hombre por causar daños mentales a su bebé por mala alimentación

El tribunal ha rebajado la condena solicitada por la fiscalía al considerar que su actuación no fue deliberada, sino que alimentó a su hijo rigiéndose por las creencias de la religión mahometana y las costumbres de Mali, su país de origen. Además se le condena a otro año de prisión por golpear a otro hijo con una cuchara ardiendo. Por su parte, la madre ha sido condenada a dos años de prisión por preparar los biberones del bebé de la misma manera por sumisión al marido.

La Audiencia de Barcelona ha condenado a tres años de cárcel a un padre por dejar a su bebé, que nació de forma prematura, en estado vegetativo por la deshidratación que sufrió ya que le ponía poca leche en los biberones, que llenaba con arroz, cereales y aceite siguiendo una dieta de su país de origen.

En la sentencia, la sección octava de la Audiencia condena al padre a otro año de prisión, por golpear a la cara de otro hijo con una cuchara ardiendo, así como a dos años de cárcel a la madre, que preparaba los biberones de la misma forma aunque lo hacia por su sumisión al marido, que se regía por los creencias de la religión mahometana y de las costumbres de Mali, su país de origen.

El tribunal concluye que los acusados omitieron de forma grave y reiterada las cautelas y elementales normas de cuidado a las que estaban obligados como padres, aunque rebaja sustancialmente la condena solicitada por la fiscalía -que pedía 12 años de prisión para el padre y 11 para la madre-, al considerar que su actuación fue imprudente pero no deliberada.

Los hechos ocurrieron en diciembre de 2012, cuando la pareja, que residía en Moià (Barcelona) llevó al hospital de urgencias a su bebé, que había nacido dos meses antes de forma prematura y con bajo peso, alegando que se le había caído de las manos a la madre. El bebé presentaba un cuadro general muy grave, con dificultad respiratoria e insuficiencia renal, ante lo que los médicos la enviaron a la UCI, donde le tuvieron que inducir un coma, y le diagnosticaron deshidratación por una alimentación inadecuada, que puso en peligro su vida.

El tribunal considera probado que la "incorrecta y negligente" alimentación es la causa de la deshidratación de la menor, que sufrió un fallo en todos sus órganos, especialmente en sus funciones encefálicas, por lo que presenta un cuadro progresivo que probablemente evolucionará a un retraso mental grave con estado vegetativo.

Pese a las advertencias de los servicios sociales y de lo médicos que atendieron al bebé tras el parto prematuro, la niña fue alimentada con biberones sin las proporciones adecuadas de leche en polvo para lactantes, ya que los padres introducían, para espesar la leche, otras sustancias como arroz, cereales, aceite, cacao y sal, "completamente contraindicadas para la salud de un recién nacido", según la sentencia.

El tribunal apunta que los padres preparaban los biberones indistintamente, si bien bajo las "estrictas directrices" del padre, Cheikne, un hombre de 33 años de edad y de "férreas creencias religiosas y culturales de su país de origen (Mali), que insistía que se alimentara a sus hijos conforme a la dieta típica de su país".

Ante las exigencias de su esposo, la madre, Fatoumata, una mujer de inteligencia media baja, prácticamente analfabeta y desconocedora del catalán y del castellano, mostraba una total sumisión, "propia de la religión mahometana que profesan y de los roles imperantes en la cultura de su país de origen", según la sala.

El tribunal rechaza no obstante las tesis de la fiscalía, que pedía doce años de cárcel para el padre y once para la madre, al entender que, pese a que desoyeron todos los consejos que recibían de forma reiterada sobre la preparación de los biberones, no actuaron de forma deliberada para dañar a su hija, sino que cometieron imprudencia grave. "No existió en ninguno de los acusados la intención real y constatable de causar mal a la menor", remarca el tribunal, que también descarta que la madre se malnutriera de forma deliberada durante el embarazo para perjudicar al feto.

El tribunal, no obstante, remarca que tanto el padre como la madre se apartaron "de forma grosera y persistente" de las directrices que recibían de los servicios sociales sobre cómo preparar correctamente los biberones.

Según la sala, el acusado actuó con la creencia de que incorporando a la leche artificial las sustancias trituradas propias de la dieta de su país, su hija no correría peligro, ya que de hecho en el juicio aseguró que a sus otros dos hijos les había alimentado de la misma manera y no habían tenido ningún problema. "Confiaba sin duda el acusado en que ese posible resultado nocivo para su hija no se produciría y aún menos podemos predicar aceptación de ese resultado en el caso de la acusada, Fatoumata, mujer de escasa instrucción y sometida a su marido, el acusado, cuyas directrices seguía a rajatabla", insiste la sentencia.

La sala condena al padre a cuatro años de cárcel -tres por la desnutrición de la hija y uno por las quemaduras a su hijo- y dos a la madre, porque considera que la mujer actuó influenciada por la "situación de fuerte sumisión que experimentaba respecto de su marido", ya que es una persona de "escasa o nula asimilación" a las costumbres occidentales.

La sentencia impone además a los padres, a los que la Generalitat retiró la custodia de sus tres hijos -la bebé, que ahora tiene tres años, una niña de 4 y un niño de 7-, una orden de alejamiento de los menores durante los dos años posteriores a la condena de cárcel.

Publicidad