Violencia de género

Condenado a 27 años de cárcel por asesinar a su pareja tras una paliza con "extrema violencia" en Hospitalet de Llobregat

El Supremo ratifica la retirada de la patria potestad durante el tiempo de la condena, la prohibición de comunicarse o acercarse a su hijo durante 37 años y una indemnización.

Detalle de la fachada del Tribunal Supremo

Detalle de la fachada del Tribunal SupremoEFE

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Hay que remontarse a los primeros días de agosto de 2019 para situar el asesinato de esta joven a manos de su pareja a quien ahora el Supremo ha condenado a 26 años y 9 meses de cárcel.

El condenado fue declarado culpable de delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco y género, otro de violencia habitual en el ámbito familiar y otro de quebrantamiento de condena o medida cautelar por la Audiencia de Barcelona. Esta sentencia la confirmó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El Supremo lo que hace ahora es rechazar el recurso del condenado.

Tanto la víctima como el condenado comenzaron su relación de pareja en Perú en 2017 y después se trasladaron a España, concretamente a Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde residían irregularmente.

La sentencia expone que el condenado dio muestras de un carácter "sumamente dominante, violento y agresivo" y de un trato "degradante y humillante".

La víctima interpuso dos denuncias por malos tratos contra el acusado, una de ellas en agosto de 2018 y la otra en junio de 2019 tras la que el juez dictó una orden de alejamiento.

El 31 de julio de 2019 con motivo del cumpleaños de la joven el condenado se presentó en la casa en la que la chica vivía con el hijo de ambos según defiende en un contexto de reconciliación. Pasaron todo el día juntos y en la jornada siguiente fueron a comer con unos amigos regresando a casa de la joven donde estuvieron bebiendo y celebrando el aniversario de ella toda la noche.

La sentencia establece que a partir de las 2:30 horas de la madrugada el condenado comenzó a dar "innumerables" golpes con "extrema violencia" a la víctima y lo hizo además en presencia del niño.

A consecuencia de la paliza la víctima tuvo diferentes hemorragias internas, infartos cerebrales y edemas que horas más tarde le provocaron la muerte.

El juez cree que la joven fue "sorprendida por la brutal agresión" y que no tenía posibilidad de defenderse. "La multitud de golpes, algunos de ellos de gran intensidad, en zonas no vitales evidencian una perversa forma de ejecutar la muerte, que necesariamente van dirigidos a que la víctima experimente dolores o sufrimientos", destaca el Supremo.

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