Boda

La no boda de Carmen Blanco, la gallega feliz de casarse con la vida

Se llama Carmen Blanco y el fin de semana, haciendo honor a su apellido, se casó de ese color, con ella misma, y acompañada de 130 invitados.

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¿Quién necesita pareja para casarse? Desde luego Carmen Blanco no. Esta mujer gallega ha vivido un fin de semana de ensueño, rodeada de los suyos, tras la preparación de la ceremonia durante meses y con largo un 'impasse' debido a la pandemia. De blanco, con música en directo, convite, regalos de boda... Lo normal, salvo un pequeño detalle: ha dado el "sí quiero" a la felicidad, y no a otra persona.

Nunca ha querido casarse, "y no me faltan oportunidades", bromea. Pero sí tenía un deseo: reunir a los suyos para celebrar "la alegría de vivir". Así que se puso manos a la obra. "Lo mejor es que no tienes que ponerte de acuerdo con la otra parte para el menú, ni para dónde celebrar el convite", comenta haciendo gala de su buen humor.

Eligió para celebrar su boda la finca Casa Puertas, en Oia, de donde es propietaria. Invitó a sus amigos, a la familia, a los primeros clientes del establecimiento. En total, 130 invitados que disfrutaron de una boda diferente.

La novia llegó del brazo de su padre y su madre que, pese a conocer las intenciones de su hija, "nunca imaginaron que se fuese a materializar", confiesa Carmen. Durante la fiesta, una no boda ibicenca, hubo catering, cortador de jamón, fondue de chocolate y música en directo. Y no, tampoco faltaron los regalos, ni habrá que lamentar ausencia de luna de miel.

Carmen viajará sola, "y feliz", comenta. Además, los suyos, que son conocedores de su pasión por recorrer el mundo, le agasajaron con un crucero por las islas griegas, un viaje a París y otro a Ibiza.

Esta boda, difícilmente, podrá tener un final no feliz. Aquí no hay divorcios. Su compromiso es para toda la vida.

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