Así era el inspector y piloto Luis Alberto Udaondo, que ha dejado a la Policía Nacional huérfana con 47 años

La Policía Nacional despedía esta semana al piloto Luis Alberto Udaondo Puerto, destinado en una base de la Policía Nacional en Vigo (Pontevedra). El agente, que no llevaba ni dos años destinado en la comisaría de Vigo, fallecía en la ciudad olívica el pasado 4 de junio a los 47 años. Natural de Camponaraya (León), fue incinerado en su parroquia natal, en la compañía de allegados como su mujer, sus dos hijos pequeños o algunos compañeros de profesión.

Udaondo estaba destinado en la única base de Medios Aéreos de la Policía Nacional en Galicia, en el aeropuerto de Peinador, donde se encuentra el helicóptero de la patrulla 'Cóndor'.

A pesar de llevar varios meses de baja por su grave enfermedad –que no ha trascendido a la prensa–, han sido muchos los compañeros que han querido destacar su compromiso con la profesión, así como el dolor por su fallecimiento.

"Nuestro helicóptero hoy queda huérfano"

El inspector jefe estaba afiliado al sindicato JUPOL, cuyo secretario de organización, Alejandro Cousiño, expresaba su pesar. En una entrevista en el diario local 'Faro de Vigo' lo valoraba como "un extraordinario piloto" que, además, "amaba la profesión". Cousiño destacaba también su pasión por los deportes pero, sobre todo, su carisma y apoyo dentro del cuerpo: "Le gustaba practicar deportes acuáticos, como el submarinismo, pero también la bicicleta, el atletismo, el runing... Y también navegaba, era otra de sus aficiones".

En redes sociales, la organización se dirigía a los allegados del fallecido. "Desde JUPOL trasladamos nuestro pésame a su familia, amigos y compañeros, os acompañamos en el sentimiento", expresaban en X, como se puede ver a continuación:

Por su parte, los compañeros consultados por el medio local 'La voz de Galicia' no dudan en resaltar "su calidad humana y compromiso para mejor las condiciones laborales de los funcionarios del Cuerpo de Nacional de Policía y la Guardia Civil", según señala el propio diario en su página web.

Udaondo, que había estado también destinado en las Islas Canarias y en la Comunidad Valenciana, había desarrollado gran parte de vida profesional en el aire. "Nuestro helicóptero hoy queda huérfano. Nuestro jefe, compañero, amigo y ‘jusapolero’ vuela alto como nunca lo hizo", escribían sus compañeros de JUPOL Pontevedra.

Precisamente, a su funeral en la localidad leonesa de Camponaraya acudió el pasado 6 de junio una comisión enviada desde su comisaría, compuesta por agentes y compañeros de Udaondo.

Un policía comprometido

Udaondo era un agente de policía comprometido. Ya en 2015 participó en el operativo de seguridad de la Bajada de la Virgen en Canarias con un entonces moderno helicóptero, modelo Eurocopter 135, con tres tripulantes, que se encargaba de vigilar desde el aire las zonas en las que se produzcan grandes aglomeraciones. El inspector Udaondo explicaba en ese momento al medio digital Eldiario.es que el helicóptero, con capacidad para dos pilotos y cinco pasajeros, "hace un vuelo de prevención, de reacción, y siempre está a disposición de la sala operativa para cualquier servicio que surja, y en cuanto se requiera nuestra presencia, nos situaremos encima del lugar".

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