Violencia de género
"Acabó con su vida de forma muy violenta": así describe el abogado de la familia el "atroz asesinato" de Erica Vanessa
Erica Vanessa Reyes Álvarez, una joven nicaragüense de 22 años, fue brutalmente asesinada presuntamente por su expareja el pasado 30 de julio en la localidad sevillana de Utrera.
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Vanessa se convirtió en la víctima mortal número 32 por violencia de género este año. Según la principal hipótesis de la investigación, su todavía marido la asesinó porque ella estaba iniciando el proceso de separación y había comenzado una relación con otro hombre.
"Acabó con su vida de forma premeditada y muy violenta. Tanto los datos de la investigación como la autopsia apuntan una muerte muy violenta, que se produjo con múltiples golpes en la cabeza, en la parte posterior del cráneo, con un objeto contundente y sin posibilidad de defensa alguna por parte de la víctima", ha asegurado el abogado encargado de la acusación particular, José Antonio Sires.
Un martillo o una herramienta muy contundente
La hermana de la víctima, Ana, y el abogado de la familia han explicado detalles del crimen de la joven nicaragüense en rueda de prensa, una vez que el juzgado de instrucción ha levantado el secreto de sumario. Por ejemplo, que el arma del crimen aún no ha aparecido: "Está todavía siendo objeto de investigación por parte de la Policía Judicial de Utrera. No se ha localizado, pero sí se apunta que tiene que ser algún tipo de martillo o herramienta muy contundente".
"Portaba un billete de avión para salir el día 1 de agosto hacia Turín. El billete era de ida"
A pesar de este detalle, el letrado asegura que hay pruebas más que suficientes que incriminan al investigado, ahora en prisión preventiva. "Todo apunta a que ha sido el autor material por varios hechos. Primero, porque en el momento de la detención los agentes de la Guardia Civil pudieron registrarle y portaba un billete de avión para salir el día 1 de agosto a las 7 de la mañana hacia Turín. El billete era de ida. Por lo tanto, entendemos que había un riesgo más que aparente de fuga y no retorno al Estado español".
Otra prueba que indicaría la intención de huir del presunto asesino, según José Antonio Sires, sería que justo después del crimen, "entre la noche del domingo y el lunes, había procedido al borrado de todos los perfiles de sus redes sociales. Nos costaba, y así los investigadores habían visto, que era una persona bastante activa en redes sociales y que en cuestión de un par de horas había dado de baja tanto a los perfiles como a la localización, entendiendo esta parte para que no lo localizaran".
Los celos, el móvil principal
Para la familia de Vanessa y su abogado, los celos fueron el principal móvil del asesinato porque la víctima había comenzado una nueva relación. Pero también acusan al supuesto agresor de robarle sus ahorros de la caja fuerte tras los hechos.
"Nosotros vamos a mantener la hipótesis primera de los celos de ese crimen machista que os estamos relatando, pero tampoco descartamos que haya podido haber un componente de robo, porque el día de la detención portaba dinero en efectivo, unos 1.500 euros, y unos 1.000 dólares americanos. Entendemos que ese dinero lo utilizaría o lo iba a utilizar para marcharse a Turín y, con toda probabilidad, no volver a España", explica Sires.
"Fueron más de 10 golpes en la cabeza. Entendemos que hay un enseñamiento más que probado"
Una de las pruebas más determinantes cuando se celebre el juicio oral será una prenda ensangrentada que los investigadores hallaron en posesión del detenido. La Guardia Civil, en un registro, encontró una camiseta blanca rota llena de sangre: "Le preguntan que esa sangre de quién es y que cómo ha llegado esa camiseta allí y la respuesta que da son ambiguas, exiguas y con muchas contradicciones, lo cual conlleva a que puede ser el autor material de este atroz crimen", detalla el letrado, que asimismo aclara que aún no se ha conocido el análisis de dicha sangre.
Por todo ello, la acusación pedirá para el acusado una pena máxima de entre 20 y 25 años de prisión "por un posible presunto delito de asesinato muy cualificado, con tres agravantes, alevosía, ensañamiento y agravante por parentesco". José Antonio Sires explica que el ensañamiento lo incluyen tras conocer la autopsia del cuerpo: "Fueron más de 10 golpes en la cabeza, por lo tanto, entendemos que hay un enseñamiento más que probado".
Na tenía medidas cautelares porque no había denuncias previas
Vanessa Erica nunca denunció a su marido, Ángel C. T, de 43 años de edad y de origen ecuatoriano. Estaban en proceso de separación, ella había comenzado una nueva relación con otro hombre.
"Me da lástima de que se vaya a matar"
Ana Maryori Reyes, hermana de la víctima, cuenta a Antena3 Noticias algunos episodios de acoso y de amenazas de suicidio por parte del agresor: "Emocionalmente es que la tenía, así como aturdida porque ella no sabía qué hacer. Hasta que yo le dije, Vanessa, si él se quisiese matar, se mata y no te lo dice. Porque eso es que te chantajea y ya está. Entonces ella me decía, es que no sé qué hacer. Me da lástima de que se vaya a matar. Porque claro, se le ponía a llorar, se le arrodillaba. Que me mato si tú me dejas y cosas así".
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Ana también ha relatado cómo el acusado llegaba a llamar a su hermana hasta en 40 ocasiones durante la noche y que la perseguía por el municipio sevillano. A pesar de ello, ha declarado que no se imaginaban este trágico desenlace y solo pide "que se haga justicia".
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