Viruela

José Antonio López Guerrero, sobre la viruela del mono: "Los brotes son entre hombres que han tenido contacto sexual con otros hombres"

La viruela del mono tiene especial consideración ahora ya que se ha detectado en varios países y en un porcentaje mayor de lo previsto. José Antonio López Guerrero, divulgador científico, explica cómo se transmite y si hay tratamientos o vacunas específicas para combatir esta infección vírica.

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La viruela es quizá la mayor peste que ha asolado a nuestra especie a lo largo de la historia. El virus fue erradicado a finales de los años 70, sin embargo, otros miembros de esta familia siguen circulando, por ejemplo el molusco contagioso que puede afectar a nuestros pequeños y que suele ser una infección relativamente benigna.

Nos llega desde África el virus del 'monkeypox' o viruela del mono

Ahora nos llega quizá desde África subsahariana algunos casos de transmisión, incluso endémica, el virus del 'monkeypox' o también denominada la viruela del mono. Llevan detectándose casos tanto en Estados Unidos como en Europa en los últimos años, pero ahora el brote tiene especial consideración puesto que está afectando a varios países y en un número mayor de lo previsto.

Básicamente los brotes se están viendo en España principalmente entre hombres con contacto sexual con otros hombres. No obstante, es un virus zoonótico que se puede transmitir desde animales. De hecho, muchos de los brotes que se han detectado en otros países es a través del tráfico, muchas veces ilegal, de mascotas exóticas desde el continente africano. Allí, el contacto estrecho con animales puede favorecer su propagación y tiene una letalidad entre el 1 y el 10%.

No se descarta que la saliva pueda ser una vía de transmisión

En Europa, debido a las mejores condiciones sanitarias la tasa es mucho más baja. Aquí la transmisión que se está viendo como endémica es por fluidos corporales. No se descarta que incluso la saliva pueda ser una vía de transmisión, aunque todavía se está estudiando.

La infección puede llevar una semana, más o menos, hasta que los síntomas son claros y visibles: ampollas, erupciones, fiebre por encima de los 38ºC, dolor muscular y malestar general. En principio son pocos los casos, pero los centros de vigilancia epidemiológica ya están en alerta.

De momento no hay ningún tratamiento contra este nuevo virus que, sin llegar a ser preocupante, está encendiendo algunas luces de alerta.

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