Al menos cuatro civiles han muerto y 90 más han resultado heridos por los disparos de las fuerzas de seguridad contra manifestantes opositores en la ciudad de Taiz, en el sur de Yemen, según han informado fuentes de un hospital de la localidad. Otras 200 personas habrían quedado afectadas por los gases lacrimógenos.
El sector del Ejército sublevado contra el presidente yemení, Alí Abdulá Salé, ha hecho un llamamiento a sus compañeros para que se sumen a las protestas prodemocráticas y abandonen a Salé.
"Os pedimos que no sigáis las órdenes de enfrentaros a otras unidades militares o al pueblo", solicitan los militares rebeldes en un comunicado leído por el general Abdulá Alí Aleiwa, ex ministro de Defensa del régimen.
El texto acusa igualmente al Gobierno de permitir que "saboteadores y terroristas" tomen el control de las provincias del sur, una referencia a la reciente toma de la ciudad de Zinjibar por un grupo de milicianos islamistas y de Al Qaeda.
EEUU teme la explotación de AlQaeda
El Gobierno estadounidense ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que Al Qaeda explote la inestabilidad provocada por los enfrentamientos tribales en Yemen, que están complicando que se alcance un acuerdo para el traspaso de poderes en el país tras varios meses de protestas ciudadanas.
Estados Unidos permanece en contacto con aliados de Europa y de los países del Golfo para aumentar sus presiones sobre el presidente yemení, Abdulá Salé, con la finalidad de que firme un acuerdo para renunciar a su cargo, una de las exigencias de la población.
