Afganistán

¿Quién es el mulá Baradar, el líder político de los talibanes que ya está en Afganistán?

Después de años en el exilio el mulá Baradar pisa suelo afgano. Y lo hace entre vítores de la facción islamista.

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"Hemos alcanzado una victoria que no se esperaba, deberíamos mostrar humildad frente a Alá. Ahora es el momento de la prueba, ahora se trata de cómo servimos y aseguramos a nuestra gente y su futuro".

Con estas palabras, el mulá Abdul Ghani Baradar se dirigía a la población tras la toma de posesión de Kabul. Los talibanes volvían así al poder después de 20 años de conflicto bélico.

Exiliado desde 2001

Baradar no pisaba Afganistán desde hacía 20 años, cuando cayó el gobierno talibán. Ahora, llega a Kandahar y los medios internacionales ya advierten que desempeñará un papel fundamental en el Emirato Islámico del país.

Clave para las negociaciones de paz con EEUU

Para entender quién es Baradar hay que remontarse al reinado del mulá Mohammad Omar, fundador del régimen talibán. Tras su muerte, Baradar se convirtió en el líder de facto de los talibanes.

Sin embargo, fue capturado en Pakistán el 8 de febrero de 2010 por Estados Unidos y agentes del Interservice Intelligence, el mayor servicio de inteligencia en Pakistán, durante una redada.

Permaneció entre rejas hasta el 2018, cuando fue liberado para llevar a cabo una negociación de paz. Baradar acabó firmando el acuerdo de la retirada de las tropas estadounidenses.

En 2020 se sentó a negociar nuevamente en Doha con Mike Pompeo, secretario de Estado en la Administración Trump, para firmar otro acuerdo que establecía el calendario para la retirada definitiva de las tropas americanas y sus aliados. A cambio se firmó el compromiso de los talibanes de no permitir que el territorio afgano fuese utilizado para llevar a cabo acciones que amenazaran la seguridad de EEUU.

Por el momento, el único resultado del Acuerdo para traer la Paz a Afganistán, es la caída del gobierno afgano, la huida del presidente Ashraf Ghani y el caos desatado en todo el país por el temor a que los talibanes restauren la milicia islamista.

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