El Papa Francisco, durante una misa

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"ES UN MOMENTO POR EL QUE TODOS PUEDEN PASAR", ALERTA

El Papa Francisco: "Lo peor de un corrupto es que no tiene necesidad de pedir perdón"

"Pecadores sí, Señor, lo somos todos, ¡pero corruptos jamás!", ha dicho el Papa Francisco durante su homilía de la misa. El Pontífice ha advertido de que la corrupción es uno de los pecados "más fáciles de caer" para "todos los que tienen algún poder" y de que, para los que caen, es difícil pedir perdón porque "el diablo les hace sentir seguros" de su propio poder.

El Papa Francisco ha dedicado a tratar el "pecado de la corrupción" su homilía de la misa de este viernes en la residencia vaticana Casa Santa Marta, en la que reside. El Pontífice ha advertido de que es uno de los pecados "más fáciles de caer" para "todos los que tienen algún poder, ya sea eclesiástico, religioso, económico, político...".

Sin embargo, ha señalado también la dificultad que experimentan los corruptos a la hora de pedir perdón y ha asegurado que "el diablo les hace sentir seguros" de su propio poder. Por eso, ha exhortado de este modo a los asistentes a la misa: "Pecadores sí, corruptos ¡jamás!", según recoge Radio Vaticana.

El Papa ha puesto el ejemplo del Rey David de las escrituras (que envió a un oficial a morir al frente para casarse con su mujer) y ha indicado que "David es santo, pero también pecador". Así, ha recordado que "por todo se puede pedir sinceramente perdón a Dios, sabiendo sin dudar que aquel perdón será obtenido".

"El problema nace con los corruptos --ha subrayado durante la homilía--. La cosa pésima de un corrupto es que un corrupto no tiene necesidad de pedir perdón, porque le basta el poder sobre el que se basa su corrupción". Además, ha advertido de que el paso del pecado a la corrupción "es un momento por el que todos pueden pasar en la vida", por lo que ha exortado a los fieles a orar "para que la debilidad que induce a pecar jamás se transforme en corrupción".

"Hagamos hoy una oración por la Iglesia --ha pedido el Papa Francisco-- comenzando por nosotros, por el Papa, por los obispos, por los sacerdotes, por los consagrados, por los fieles laicos: 'Pero, Señor, sálvanos, sálvanos de la corrupción. Pecadores sí, Señor, lo somos todos, ¡pero corruptos jamás!'".

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