Steven y Tracey en su boda en el hospital

Publicidad

EN REINO UNIDO

Una mujer muere de cáncer días después de dar a luz a su hija prematura y casarse en el hospital

Tras superar un cáncer de mama, se quedó embarazada, pero en la semana 24 del embazo volvieron los síntomas y le dieron seis meses de vida. Cuatro semanas más tarde, empeoró y los médicos le practicaron una cesárea con la que nació Kyla, que pesaba apenas 900 gramos. Ella pudo disfrutar de la pequeña, su hijo de siete años y una boda muy especial, pero murió pocos días después.

Tracey Keers, una mujer de 33 años, ha muerto de cáncer de mama pocos días después de que le tuvieran que hacerle una cesáreadebido al avanzado estado de la enfermedad, cuando estaba en la semana 28 de gestación (lo normal son 40 semanas). Antes del fallecimiento, la mujer y su esposo Steven, que también tienen un hijo de siete años, Kieran, se casaron el Viernes Santo en el Hospital Universitario James Cook en Middlesbrough y ella murió en los brazos de Steven poco más de una semana después, el domingo.

Steven, de 35 años, ha explicado que Tracey, que trabajaba en la Universidad de Durham, en Reino Unido, fue diagnosticada por primera vez con cáncer de mama en 2016. Según recoge 'Metro', se sometió a una mastectomía, seguida de quimioterapia y radioterapia antes de entrar en remisión en julio de 2017. Steven, de Seaton Carew, dijo: "Sabíamos que queríamos otro bebé, así que nos sometimos a un tratamiento de fertilidad y conseguimos congelar 13 óvulos".

Sin embargo, Tracey se quedó embarazada de forma natural en septiembre. La alegría de la pareja duró poco, ya que ella comenzó a tener fuertes dolores de cabeza y los síntomas aparecieron de nuevo. Cuando Tracey llevaba 24 semanas embarazada, los médicos le dieron la devastadora noticia de que su cáncer había regresado y era terminal.

Steven, que trabaja para una compañía de juegos, señala que le dieron de tres a seis meses de vida, pero que ella "nunca se rindió y siempre estaba luchando". Cuatro semanas después, Tracey comenzó a tener convulsiones y los médicos decidieron hacerle una cesárea para que diera a luz a Kyla, que pesaba 900 gramos.

Aunque temían que la mujer no llegara a despertarse de la anestesia, finalmente lo consiguió y pudo ver a la pequeña. Poco más de una semana después, el 30 de marzo, la pareja se casó en el hospital."Quería que fuera lo más especial posible para ella, así que me puse en contacto con unos amigos y decoramos la habitación. Una tienda de novias donó un vestido y compré trajes para mí y para Kieran. Creo que se sorprendió mucho cuando vio la habitación", explica el hombre, ahora viudo.

Sin embargo, la salud de Tracey continuó deteriorándose y el domingo su respiración comenzó a cambiar. Él se subió con ella a la cama del hospital y la abrazó hasta que "falleció en paz".

Steven y Tracey, que habían estado juntos durante diez años, se conocieron como alumnos de la escuela Brierton de Hartlepool y se convirtieron en 'mejores amigos'. "Es una pena que esto le pasara a ella, no se lo merecía. Sólo quería vivir", lamenta el padre de familia.

Publicidad