La urgencia del problema motivó la organización lunes de una reunión conjunta de ministros europeos de Asuntos Exteriores y de Interior, al término de la cual se anunció el plan del Ejecutivo comunitario, que será presentado a los líderes de la UE en el Consejo Europeo del jueves.
Ese plan propone diez medidas, incluido el aumento de los recursos financieros y el número de medios disponibles de las operaciones de vigilancia marítima en el Mediterráneo, denominadas Tritón y Poseidón, además de ampliar su área operativa para poder intervenir a mayor distancia.
Plantea también "un esfuerzo sistemático para capturar y destruir los barcos utilizados por los traficantes", que se traduciría en una operación "civil y militar que tomaría como ejemplo la operación Atalanta" contra la piratería, explicó el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.
Para hacerla realidad hará falta un mandato de la UE, precisó el comisario durante una rueda de prensa. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, subrayó por su parte que "hacen falta medidas inmediatas, de la UE y de cada Estado miembro.
Hay una responsabilidad de Bruselas y también de cada uno de los países para dar la fuerza política necesaria para que la Unión reaccione de la manera justa" ante el problema. Añadió que "ante las tragedias de los últimos días, meses y años, ya no hay más coartadas. La UE ya no tiene coartada, los Estados miembros tampoco tienen coartada".
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, explicó en un vídeo colgado en YouTube que su decisión de convocar una cumbre extraordinaria se debe a que "la situación en el Mediterráneo es dramática.
No puede continuar así. No podemos aceptar que cientos de personas mueran cuando están tratando de cruzar el mar hacia Europa". El objetivo de la reunión extraordinaria de los líderes europeos será "discutir al más alto nivel lo que nosotros, como Estados miembros e instituciones juntas, podemos y debemos hacer para aliviar la situación ahora", añadió Tusk.
El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, reconoció la necesidad de que la UE cuente con medios para socorrer a las víctimas de dramas como el naufragio ocurrido este domingo en el Canal de Sicilia, pero alertó del "efecto llamada" de tales medidas.
"Hay que hacer las dos cosas: atacar las consecuencias del problema, y por tanto garantizar el rescate de esas personas, pero simultáneamente teniendo presente el efecto llamada", señaló.
Según Fernández Díaz, el documento de la CE sobre el grupo de trabajo del Mediterráneo, así como los documentos aprobados durante la presidencia italiana de turno de la UE el pasado semestre en materia de política migratoria contienen medidas que deben ser ahora puestas en un calendario y a las que se debe asignar la financiación necesaria.
Por su parte, el ministro español de Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, afirmó que Libia "es lo más urgente en estos momentos" y que "todos seguimos apostando por un gobierno de unidad nacional" inclusivo.
El ministro abogó por cortar la financiación de los traficantes de personas, evitar que se hagan con los barcos que utilizan para su traslado o destruirlos y controlar los puertos de los que salen, dado que "no se trata ya de pateras" que salen de una playa.
Un nuevo naufragio el pasado fin de semana de un pesquero en el mar Mediterráneo en el que podrían haber muerto cerca de 700 personas que trataban de alcanzar las costas italianas, 950 personas según uno de los supervivientes, ha vuelto a poner este tema en un primer plano en la Unión Europea.
A preguntas de la prensa de por qué las instituciones han tenido que esperar a que se produzca una tragedia para actuar y movilizarse, Mogherini respondió que, "además de trabajar en las instituciones, como ser humano y madre me he hecho en las últimas horas esa misma pregunta. Todos compartimos la sensación de frustración".
Agregó que la UE y sus socios "no tenemos que tener miedo a mostrar los límites de las instituciones y de las decisiones políticas. Es triste y no es una justificación, no vamos a encontrarla". La jefa de la diplomacia europea dijo asimismo que espera que esta "gran tragedia" haya sido "el despertador, la alarma, para todos, no solo para los que estamos en las instituciones".