Gisèle Pélicot
El más joven de los procesados por el caso de Gisèle Pélicot se perdió el nacimiento de su hija por consumar la violación
Se llama Joan K. y solo tenía 22 años cuando acudió a casa de Gisèle Pélicot.
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Continúa en Aviñón (Francia) el macrojuicio por violación agravada contra Dominique Pélicot (72 años) y otros cincuenta hombres por agredir sexualmente a Gisèle Pélicot. Esta martes, en la decimosexta jornada del proceso, una nueva tanda de acusados se han sentado ante el juez para declarar, mientras los peritos psicólogos analizaban sus perfiles.
La atención de estos peritos se ha enfocado sobre todo en el procesado más joven de todo, que en el momento de las agresiones contra Gisèle tenía 22 años. Se llama Joan K. y "tiene un carácter depresivo", ha detallado Julien Del Volta, uno de los especialistas en perfiles de personalidad, según ha adelantado la prensa local.
El joven, que ahora tiene 26 años, estaba casado con una influencer y era militar. "Su relación estaba marcada por numerosos enfrentamientos debido a relaciones extramaritales por ambas partes", ha desgranado Del Volta, que ha puesto de manifiesto que en una de las dos ocasiones en las que Joan K. acudió a la casa del matrimonio Pélicot, en noviembre de 2019, se perdió el nacimiento de su hija.
"He reconocido los hechos, pero no la intención", ha declarado Joan K. ante el tribunal, que ha reproducido varios vídeos de las noches en las que acudió a la vivienda, la del 2 de noviembre de 2019 y la del 18 de julio de 2020. "En los vídeos se ve cómo sonríe porque está muy incómodo", ha espetado su abogado defensor, según ha adelantado una periodista de BFM-RMC.
"Falta de empatía"
El de Joan K. no ha sido el único caso que se ha presentado este martes. Otro de los que han estudiado los psicólogos es el de Fabien S., de 39 años. Este también acudió a la casa del matrimonio para violar a Gisèle, pero ahora asegura arrepentirse de haber acudido tras ver lo que ha pasado después. Los peritos han puesto de manifiesto que su infancia estuvo marcada por vivir la violencia parental y el alcoholismo hasta los tres años, su estancia en un hogar de acogida donde fue agredido sexualmente y por haber estado de los 16 a los 18 años ingresado en un psiquiátrico.
Además, es consumidor habitual de cannabis y alcohol y se ha intentado suicidar en varias ocasiones. "Ha tenido experiencias traumáticas repetidas, pero no tiene ninguna deficiencia marcada", ha señalado uno de los psicólogos, y ha añadido que desde su ingreso en prisión necesita medicación para la ansiedad y para dormir y que tiene falta de empatía. Pese a que su abogado ha intentado explicar que el hombre tiene incapacidad para discernir lo que está bien o mal, el perito psicólogo ha dejado totalmente claro que en el momento de las violaciones a Gisèle, Fabien S. sabía lo que estaba haciendo.
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