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SEGUNDO DÍA CONSECUTIVO

Enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en el aeropuerto de Hong Kong

Los agentes han irrumpido en la terminal justo cuando un grupo de médicos trataba de evacuar a una persona herida. Decenas de personas han tratado de frenar a la policía que ha disparado gases lacrimógenos. Ha ocurrido después de que por segundo día consecutivo todos los vuelos hayan tenido que ser cancelados.

La tensión en Hong Kong sigue al rojo vivo después de que los manifestantes volviesen a provocar este martes la parálisis del aeropuerto de la ciudad, mientras la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, aseguraba que las protestas están llevando la ciudad a un "camino sin retorno".

"Todos los servicios de facturación para vuelos de salida han quedado suspendidos", se indica en un comunicado de las autoridades aéreas de la ciudad autónoma.

Cientos de personas regresaron a protestar al aeropuerto internacional hongkonés, uno de los más concurridos de Asia, tras la caótica jornada del lunes, que había dejado más de 300 vuelos cancelados. La Autoridad Aeroportuaria de Hong Kong pidió a los pasajeros que abandonasen la terminal e indicó que "otros vuelos de salida y llegada seguirán operando", aunque sin especificar cuáles son las condiciones para ello.

Cientos de personas llegaron a la Terminal 1 del aeropuerto para continuar con su protesta, que pretende llamar la atención de los viajeros internacionales sobre la actual crisis política y lo que consideran brutalidad policial a la hora de dispersar las protestas en la ciudad. Los activistas, muchos vestidos de negro, corearon consignas, cantaron canciones e intentaron entablar conversaciones con los viajeros: algunos, los más frustrados con la situación, les criticaban, pero otros eran más comprensivos.

Así, desplegaron pancartas con mensajes como "Lo siento por las molestias, no tenemos otra opción" y "Se han cargado el ojo derecho de una enfermera", en referencia a que la Policía habría disparado munición no letal a bocajarro hiriendo a una joven en el ojo.

Pero la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, sigue en sus trece y ha vuelto a defender al cuerpo policial y a criticar a los manifestantes, que, dijo, han llevado a la ciudad a "un camino sin retorno" que podría "hundir a la sociedad en una situación muy preocupante y peligrosa".

Esta situación llega después de que Hong Kong registrara su décimo fin de semana consecutivo de protestas, que comenzaron con la oposición a una controvertida propuesta de ley de extradición, pero que han evolucionado hacia una serie de demandas de mejora de los mecanismos democráticos de la ciudad.

Sin embargo, la violencia entre la Policía y algunos de los manifestantes es cada vez mayor, en una espiral que ha ido en aumento con la sucesión de las marchas de protesta.

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