Eutanasia

Dijo que se iba de vacaciones y murió por suicidio asistido: "Me enteré de que mi madre había muerto por WhatsApp"

Maureen Slough, de 58 años, viajó en secreto a Suiza para morir con la organización Pegasos. Su familia recibió un mensaje que anunciaba su muerte y el envío de sus cenizas.

Urna para cenizas

Urna para cenizasIstock

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La historia de Maureen Slough, una mujer de 58 años procedente de Cavan, Irlanda, ha conmocionado a su entorno familiar y ha reabierto el debate sobre la eutanasia. Este caso, revelado por el Daily Mail, ha generado una intensa controversia sobre los controles y la ética de las clínicas suizas en lo relativo al suicidio asistido.

A principios del pasado julio, Slough dijo a sus familiares que se iba de vacaciones a Lituania con una amiga. Tan solo dos días después, la mujer irlandesa murió en la clínica Pegasos, en Basilea, tras pagar 14.503 euros por el procedimiento.

Sus seres queridos se enteraron de esta trágica noticia a través de un breve mensaje de WhatsApp, que además anunciaba el envío postal de sus cenizas.

Maureen solo contó su decisión a una amiga que conoció en redes sociales

Durante sus últimas horas, Maureen solo contactó con una amiga británica de 43 años que conoció a través de la red social TikTok, según el diario Infobae.

La propia Slough describió su año como si estuviera viviendo "en el infierno" y contó que todos los días se despertaba "llorando y temblando". Además, llegó a asegurar que no permitiría que "ni un perro sufriera" tanto como ella había sufrido.

Tal y como ha detallado Infobae, Slough le reveló a su amiga británica episodios de abuso infantil, la separación de sus padres, la pérdida de sus tres hermanos, su lucha contra la depresión y el dolor crónico atribuido a una presunta fibromialgia.

Días antes del procedimiento, Slough tenía dudas

Días antes de llevar a cabo la eutanasia, Slough confesó a su amiga que tenía dudas y mucho miedo. Incluso, reconoció estar "en dos mentes" y que le preocupaba "ir al infierno".

En declaraciones recogidas por The Irish Independent, la amiga cuestionó si Slough tenía la capacidad mental suficiente para tomar una decisión de tal magnitud y criticó a la clínica por no verificar si la documentación que presentó era auténtica o no.

La familia denuncia a la clínica

La familia de Slough, en particular su hija Megan, recibió la noticia de la muerte a través de un mensaje y denunció que la clínica Pegasos utilizó documentación falsa para autorizar el procedimiento.

Tal y como ha detallado Megan, la clínica afirmó que recibió una carta y un correo electrónico de los familiares de Slough en el que comunicaban que estaban al tanto de la decisión de su madre. No obstante, la familia sostiene que esos documentos fueron falsificados por Slough.

Indignación al recibir las cenizas de su madre por correo en una urna marrón

De la misma manera, Megan expresó su indignación por la forma en la que recibieron las cenizas de su madre. Presuntamente, sus cenizas llegaron por correo en una simple urna marrón y con una etiqueta dorada desgastada.

Según relató Megan al Daily Mail, "mi madre estaba en la parte trasera de una furgoneta, y yo seguía el número de seguimiento como si fuera un paquete".

La clínica se defiende

Ante estas críticas, la clínica suiza Pegasos ha defendido sus protocolos y ha asegurado que cumple estrictamente la legislación de su país, la cual exige que los solicitantes de muerte asistida estén en pleno uso de sus facultades mentales.

Tras el caso de Slough, Pegasos anunció nuevas medidas, ya que no aceptará solicitudes de personas no acompañadas que tengan familiares vivos, a menos que los parientes proporcionen copias de sus pasaportes y realicen una videollamada con el personal de la clínica.

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