Volcán Islandia
Islandia experimenta la cuarta y más fuerte erupción volcánica desde octubre
Por cuarta vez desde el mes de octubre, Islandia asiste a una nueva erupción volcánica. Esta es la más potente de todas las que ha sufrido el país en los últimos meses. 700 personas han tenido que ser evacuadas.
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Ha vuelto a ocurrir. Eran casi las 20:00 horas cuando el suelo se rompía. El magma salía a borbotones desde el corazón de la tierra. Es cuestión de minutos. Las coladas comienzan a avanzar dejando paisajes hipnóticos pero amenazantes. Se trata de una grieta de casi 4 kilómetros, parecida a la erupción de febrero, pero la lava es superior. Por cuarta vez ha entrado en erupción un volcán cerca de la ciudad costera de Grindavík, en Islandia.
"Sabíamos que iba a ocurrir, pero es imposible predecir cuándo. Las primeras señales tuvieron lugar solo 15 minutos antes de la erupción", cuenta Rikke Pederson, del Centro volcanológico de la Universidad de Islandia.
En diez minutos la lava estaba a 700 metros de Grindavík, obligando a llevar a cabo una evacuación inmediata. "Acabábamos de entrar en el restaurante para cenar. Cuando la camarera me traía el vino, escuchamos las sirenas", relata una vecina de la localidad. Unas 700 personas que se encontraban en la atracción turística Laguna Azul y algunos habitantes de la ciudad han tenido que ser evacuadas.
El cielo se teñía de mil colores y sorprendía, sobre todo, a los turistas. Un grupo de jóvenes se bañaba en la Laguna Azul cuando se desató el pánico. Por desgracia, la población local está muy acostumbrada. "Estaba muy bien organizado. Nadie se descontrolaba ni se escuchaban llantos ni nada por el estilo", cuenta Meghan, una turista estadounidense.
La erupción se ha podido ver desde la capital, Reikiavik, y por el momento no presenta ningún peligro para las personas. Los expertos han contado alrededor de 80 terremotos antes de la erupción real y la longitud de la fisura rota es de unos 3,5 kilómetros.
La lava se encuentra a un kilómetro del mar, en la costa sur de Islandia. Menos de dos horas después del comienzo de la erupción, la lava en la zona sur se encontraba a 200 metros de las barreras orientales de Grindavík y se movía a una velocidad de aproximadamente 1 kilómetro por hora.
Hay diques y barreras de contención alrededor de la ciudad pero nada puede frenar el curso de las coladas. Esta vez, muchos habitantes han decidido marcharse para no volver.
La erupción pierde fuerza
Desde que el volcán entró en erupción, la Oficina Meteorológica de este país nórdico (IMO) ha indicado que ha perdido fuerza. "La erupción volcánica, que comenzó a las 20:23 horas del sábado, continúa pero durante la noche su intensidad disminuyó y ahora hay tres aperturas activas en la fisura eruptiva", de unos tres kilómetros de longitud, señaló la IMO en su boletín.
"La actividad sísmica también disminuyó significativamente durante la noche, con muy pocos terremotos medidos después de las 03:00 hora local", añadió.
El IMO afirmó que se trata de la erupción más grande de las tres erupciones de fisuras anteriores de la fila de cráteres Sundhnúkur, al menos en su primera hora de actividad eruptiva el sábado.
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