Mascarillas, guantes, trajes... cada vez son más las empresas que han cambiado su producción habitual para fabricar lo que todo el planeta reclama con urgencia por el coronavirus.
Un ejemplo son las factorías que en el Reino Unido diseñan los vehículos de Fórmula 1. Con todas las competiciones pospuestas, se han consagrado a dotar a Gran Bretaña de respiradores.
En este país también encontramos a este grupo de voluntarios que se dedica a repartir comida entre los equipos sanitarios. "En apenas dos horas, hemos repartido 20 pizzas" afirma Nial, uno de los miembros de este grupo de apoyo.
Solidaridad en todo el mundo
Otro ejemplo de adaptación está en Perú. Decenas de hoteles e incluso las plazas de toros se preparan para que pasen allí la cuarentena las personas procedentes del extranjero. En Seúl, todos los pasajeros son sometidos a la prueba del coronavirus nada más bajar del avión.
En todo el planeta se suspenden cada vez más vuelos, y se cierran más fronteras. La preocupación de que el Covid-19 entre de lleno en los países más pobres del mundo, como Afganistán, Haití y gran parte del continente africano es cada vez mayor.
Uno de los grandes desafíos se vive en India, donde el gobierno intenta a toda costa que sus 1.300 millones de habitantes se quedan en casa. Las autoridades han fletado centenares de autobuses para devolver a sus pueblos a los miles de parados que ha generado esta crisis.
