Todos los ojos están puestos en la sesión de la Cámara de Representantes, donde a estas horas se comprueba si sus miembros refrendan el acuerdo alcanzado por republicanos y demócratas para evitar el 'abismo fiscal' y que ya ha sido refrendado por el Senado. El presidente estadounidense, Barack Obama, les ha instado a aprobar "sin demora" el acuerdo.
De momento, sus palabras parecen caer en saco roto. El líder republicano en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, ha anunciado que él no apoya la ley aprobada por el Senado y ha precisado que los parlamentarios republicanos están buscando la forma de afrontarla. Cantor ha hecho estas declaraciones a la prensa a la salida de una reunión a puerta cerrada con sus compañeros de partido en la Cámara de Representantes. De momento se desconoce si la Cámara aprobará la ley aceptada por el Senado y si se presentarán enmiendas.
"Aunque ni demócratas ni republicanos consiguieron todo lo que querían, este acuerdo es lo correcto para nuestro país y la Cámara debería aprobarlo sin demora", ha subrayado Obama en un comunicado después de la votación en el Senado.
El presidente Obama ha reconocido que "queda más trabajo por hacer para reducir nuestro déficit" y que está "dispuesto a hacerlo". "Pero el acuerdo de esta noche garantiza que, avanzando, seguiremos reduciendo el déficit mediante una combinación de nuevos recortes del gasto y nuevos impuestos de los americanos más ricos", ha explicado.
Obama ha resaltado que el acuerdo cerrado por republicanos y demócratas "protege al 98 por ciento de los americanos y al 97 por ciento de los propietarios de pequeños negocios de una subida de impuestos a la clase media" y hace "permanente" la subida de los impuestos a los más ricos.
La votación en el Senado se ha producido pasadas las 2:00 de este martes, superado así el plazo de la medianoche del 31 de diciembre. Sin embargo, aunque técnicamente el país ha entrado en el llamado 'abismo fiscal', dado que este 1 de enero es un día festivo y si la Cámara da su visto bueno, la subida de impuestos y los recortes del gasto no tendrían tiempo de aplicarse.
En el Senado, donde los demócratas tienen mayoría, el acuerdo alcanzado por el vicepresidente, Joe Biden, y el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, en las últimas horas del lunes ha contado con el respaldo de 89 senadores, mientras que ocho han votado en contra, entre ellos tres demócratas. Ahora la clave está en lo que ocurra en la Cámara de Representantes, cuyo presidente, el republicano John Boehner, no ha adelantado si se someterá directamente a voto el acuerdo o se permitirá introducir enmiendas, lo que demoraría su aprobación.
"La Cámara honrará su compromiso de valorar el acuerdo del Senado si es aprobado", afirmaron Boehner y otros republicanos en un comunicado, subrayando que no se tomarán decisiones sobre si se refrenda o se enmienda hasta que los representantes "hayan sido capaces de revisar la legislación". Según ha señalado el líder republicano en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, "aún no hay una decisión" sobre cuándo se votará. El representante, que salía de la oficina de Boehner, ha precisado que dicha decisión se tomará pronto.
Si la Cámara no aprueba el acuerdo, las rebajas fiscales aprobadas en la era de George W. Bush expirarán y se producirá una subida generalizada de impuestos para todos los ciudadanos, así como una reducción automática del gasto en 110.000 millones de dólares.
Según las predicción de la Oficina Presupuestaria del Congreso, el efecto de este hecho podría lastrar el crecimiento económico del país en un 0,5 por ciento, posiblemente arrastrando de nuevo la economía a la recesión, y elevando el paro desde el 7,7 por ciento actual hasta el 9 por ciento.
Acuerdo de mínimos en el Senado
En virtud del acuerdo alcanzado, solo se subirán los impuestos a aquellas personas con ingresos superiores a los 400.000 dólares o a las parejas que tengan una renta superior a 450.000 dólares, que pasarán de pagar el 35 por ciento al 39,6 por ciento. La renta media de una familia estadounidense en 2011 fue algo más de 50.000 dólares.
Otro de los puntos clave es que la prestación por desempleo se ampliará un año más para dos millones de personas, mientras que uno de los puntos recurrentes en estas discusiones, el impuesto alternativo mínimo quedará de forma permanente ajustado en virtud de la inflación, evitando así que la clase media pague impuestos como si fueran ricos.
Por otra parte, el llamado 'secuestro' de fondos, los recortes en el gasto por 109.000 millones de dólares que afectarían principalmente al Departamento de Defensa y a algunos programas sociales del Estado, queda aplazado durante dos meses. De haberse aplicado este recorte, la mayoría de las agencias gubernamentales habrían visto reducido su presupuesto entre un 8 y un 10 por ciento.
Así pues, esto significa que a finales de febrero el Congreso deberá nuevamente afrontar este asunto, así como el techo del déficit, que se alcanzó este lunes, según ha anunciado el secretario del Tesoro, Timothy Geithner. "Vamos a tener que abordar el secuestro, es cierto, pero es mejor esto que nada", ha reconocido el senador demócrata Max Baucus, para quien "la prioridad más importante era proteger a las familias de clase media".
Por su parte, McConnell ha celebrado el acuerdo, aunque ha lamentado que haya tardado tanto en llegar. "Nosotros no creemos que los impuestos deberían subirse a todos pero todos sabemos que si no hacíamos nada habrían subido para todos hoy", ha subrayado, asegurando que "no podíamos permitir que eso ocurriera".
El líder republicano ha subrayado antes de la votación que "podríamos pasarnos el resto de la semana discutiendo cuál sería la solución perfecta, pero al final el resultado habría sido la mayor subida de impuestos en la historia del país". "El presidente quería una subida de impuestos, pero gracias a este acuerdo imperfecto, el 99 por ciento de mis constituyentes no se verán afectados por esas subidas", ha subrayado, asegurando que "ha merecido la pena".