Francisco Granados a su llegada a la Audiencia Nacional

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POR UNA QUERELLA CONTRA CIFUENTES

Granados no acude a declarar ante el juez porque la Policía no le ha localizado en su vivienda

El Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid ha suspendido la comparecencia del exconsejero madrileño Francisco Granados por la querella que interpuso contra él la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, porque la Policía no le ha localizado en su domicilio para entregarle la citación judicial.

Fuentes jurídicas han informado de que el magistrado ha aplazado hasta nueva fecha la declaración de Granados en calidad de investigado por la querella que presentó contra él Cifuentes por injurias y calumnias tras su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que investiga la trama Púnica.

Granados que estaba citado a las 10.30 horas no se ha presentado en el juzgado por lo que el juez ha suspendido su comparecencia. La policía se ha personado en el domicilio facilitado por Granados pero no ha podido localizarle, por tanto, no ha sido posible entregarle la citación judicial.

Granados se encuentra en libertad provisional por la trama Púnica. Tiene la obligación de compadecer en el juzgado dos veces al mes, los días 1 y 15, la prohibición de salir de España sin autorización judicial y la obligación de facilitar su número de teléfono y correo para estar localizado de forma permanente.

Cifuentes se querelló contra Granados después de que éste dijera al juez García Castellón que la actual presidenta madrileña conocía una "caja B" con la que se pagaron gastos de "refuerzo" de las campañas de Esperanza Aguirre en 2007 y 2011. En esa declaración, el exconsejero -considerado uno de los principales cabecillas de la trama Púnica- añadió que Cifuentes se jactaba de que era la que mandaba en el PP madrileño "por orden del señor González", quien, junto a Aguirre, controlaba todo lo que se hacía en el Gobierno autonómico.

Según la querella de Cifuentes, las acusaciones de Granados no se basan en "el legítimo ejercicio del derecho de defensa", sino que suponen "un espurio uso de la palabra para descalificar y dañar el buen nombre, honor e imagen de Cristina Cifuentes, plenamente encuadrable en el término jurídico de la injuria". También considera que encajan en el tipo penal de la calumnia al "pretender" relacionar a Cifuentes "con actuaciones delictivas de financiación irregular, agravándose la misma al haberse realizado con publicidad". En sus declaraciones, Granados comentó que Cifuentes mantenía una estrecha relación con el expresidente madrileño Ignacio González. Por ello, la querella apunta a un posible delito contra la integridad moral al entender que ha habido "un ataque de carácter personal, desconectado de cualquier interés procesal, que supone una ofensa directa y gratuita contra la dignidad de Cristina Cifuentes".

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