Llegó al gobierno con la paridad por bandera y fue el primero con el mismo número de ministros y ministras de toda la democracia. Su primera orden fue retirar las tropas de Afganistán. Después, otra como la aprobación de la Ley de Violencia de Género, la regularización masiva de inmigrantes o la luz verde al matrimonio entre homosexuales.
En abril de 2006 llegó la primera remodelación del gabinete. Se iba José Bono y entraba Alfredo Pérez Rubalcaba. Fueron los tiempos de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña. También, del traslado a esa comunidad de parte del archivo de Salamanca por orden de Carmen Calvo y los primeros conflictos de Magdalena Álvarez al frente de Fomento.
La primera gran crisis de gobierno del ‘zapaterismo’ tuvo lugar en julio de 2007. Fue entonces cuando cayó Jordi Sevilla. Zapatero aprobó la Ley de Memoria Histórica y llegó a las elecciones de 2008. Las ganó y volvió a cambiar su gabinete.
Carme Chacón se convirtió en la primera ministra de Defensa de este país y Bibiana Aído se hizo cargo del polémico ministerio de Igualdad. Menos de un año después dimitía Mariano Fernández Bermejo y en abril de 2009, ya en plena crisis, volvía a remodelar el gobierno. Entre los elegidos, esta vez, Manuel Chaves o José Blanco. Con ellos en el Ejecutivo, el presidente sacó adelante la reforma de la financiación autonómica y la nueva Ley del Aborto.
Ese gabinete resistió poco más de un año. En otoño de 2010, Zapatero cerró su penúltima crisis. Se quedaron en la cuneta algunos de los que le habían acompañado desde el principio y Alfredo Pérez Rubalcaba se convirtió en el hombre fuerte del Ejecutivo. Su reciente salida del gobierno ha forzado ahora la última remodelación.
Hace solo una semana que el nuevo gabinete posaba en la Moncloa con la certeza de que solo en cuatro meses, la foto volverá a cambiar.