El gobierno, que ha retirado temporalmente al embajador en Caracas, apoya a González, pero intenta rebajar el tono de enfrentamiento.
El expresidente quiere estar en Caracas en tres semanas. Su intención es visitar en la cárcel al alcalde de esa capital, Antonio Ledezma, y al dirigente opositor Leopoldo López. Los dos están acusados de conspirar contra el Gobierno de Nicolás Maduro y de colaborar en revueltas.
González ha asumido su defensa legal y también quiere ir al juicio, si el régimen venezolano le deja. "Si el gobierno venezolano decide, asumiendo su propia responsabilidad, que no puedo estar en el territorio de Venezuela, estará coartando mi libertad", ha dicho González en declaraciones a Unión Radio.
Lo dice horas después de ser declarado "persona non grata" por la Asamblea Nacional venezolana, y en medio de una fuerte tensión diplomática tras varias declaraciones encendidas de Maduro contra Mariano Rajoy y el gobierno y el parlamento españoles.
Tras esas acusaciones, el Gobierno decidió retirar temporalmente al embajador en Caracas. Exteriores apoya a González, pero intenta rebajar la temperatura.
"No es nuestro propósito seguir en esta escalada, y desde luego no es nuestro propósito el romper relaciones con Venezuela", ha afirmado el ministro de asuntos exteriores, José Manuel García-Margallo.
Mientras, el gobierno venezolano sigue anunciando que tomará medidas contra España, aunque no termina de concretarlas.