"Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica [...]. El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia".
Con estas palabras el Rey Don Juan Carlos avala la sucesión al trono de su hijo el Príncipe Felipe. Padre e hijo han mantenido una relación cordial. Don Felipe asegura que pese a su cultivada educación las mayores lecciones para su ascenso al trono las ha aprendido de su padre. Cuentan que la noche del 23-F Don Juan Carlos le obligó a permanecer toda la noche despierto para que fuera consciente del devenir de los acontecimientos. Don Felipe destaca que la mayor lección que ha recibido de su padre es la de "saber escuchar y osbervar".
La disciplina y el sentido del Estado han sido dos de los conceptos más importantes que ha asumido el futuro Rey de España. El caso Nóos le obligó a separarse de su hermana y su cuñado en los actos públicos para delimitar su parcela como futuro Rey de España.