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NOVENO HOMENAJE DEL 11-M

11-M, la tragedia de un país que unió a sus ciudadanos

La vida de un país quedó paraliza con la noticia del atentado del 11-M. Inmediatamente después, una marea de solidaridad invadía Madrid buscando ayudar en lo que se necesitara. Todo un país, más unido que nunca, agotó sus lágrimas ese 11 de marzo de 2004.

Javier, María, Laura, Juan, Antonio...y así hasta 191. Ninguno de ellos, personas con nombres y apellidos, hermanos, hijos y padres, ninguno de ellos, llegó a su destino. Javier no terminó la carrera de Derecho, María no volvió a recoger a sus hijos del colegio, Laura no llegó a saber qué quería ser...

Los colores de cada uno, apoyar a un partido u otro, ser de un equipo o del rival no importó. Todo un país, más unido que nunca, agotó sus lágrimas al conocer la noticia. Las escalofriantes imágenes de los días posteriores aumentaban el drama.

El odio, la ira, las ganas de venganza aumentaban en cada uno de todos los que, petrificados, veían impotentes el estado de los trenes. Pero la solidaridad se hizo más fuerte y millones de personas salieron a la calle en señal de apoyo a las familias de las víctimas y en repulsa del atentado en sí.

Desde el primer momento, los ciudadanos de Madrid mostraron su ayuda incondicional en los hospitales de campaña y en las propias vías del tren. Los primeros en ayudar a las víctimas fueron los propios pasajeros que improvisaron camillas para sacarlos a la calle. Largas colas humanas se formaron en centros los médicos de toda la Capital para donar sangre.

La mayor tragedia de la historia de España cumple ya nueve años. 108 meses en los que esas 191 personas no son número para ninguno de los que recuerdan exactamente qué estaban haciendo ese día. Personas con nombres y apellidos.

 

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