Bancos
España pierde la mitad de sus sucursales bancarias en la última década
En los últimos 10 años las entidades financieras han cerrado más de 20.000 oficinas de atención al público, según datos del Banco de España. Tan solo en 2021 desaparecieron unas 3.000 sucursales.
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Los españoles tienen a día de hoy 20.133 sucursales bancarias menos a su disposición que hace 10 años. La proporción entre oficinas y habitantes ha caído a sus niveles más bajos desde que se tienen registros, y hay cerca de 600 localidades que han pasado de tener al menos una sucursal a no contar con ninguna.
Son datos que ofrece el Banco de España y que se traducen en más dificultades para los clientes (sobre todo en las zonas más despobladas) pero también en una reducción considerable del empleo. Entre 2010 y 2020 la banca ha perdido 84.204 empleados, lo que significa que ha prescindido de una tercera parte de los empleados que tenía hasta esa fecha.
Los procesos de digitalización, el ahorro de costes y también la pandemia han hecho que este proceso se acelerara de forma muy importante en los últimos años. Según los datos que ofrecen las 7 principales entidades bancarias de España, tan solo en 2021 se cerraron más de 3.000 oficinas (el 20% de la red que aún conservaban) y la plantilla se redujo en más de 12.000 empleados.
Exclusión financiera
Esta progresiva desaparición del 'banco a pie de calle' está haciendo que cada vez cobre más fuerza la expresión 'exclusión financiera', es decir, la incapacidad de muchos ciudadanos de acceder a unos servicios financieros básicos de manera adecuada, como lo define la Fundación de las Cajas de Ahorros FUNCAS.
Esa exclusión se agrava especialmente cuando hablamos de población rural (o la España vaciada, como suele decirse actualmente) y también en el caso de las personas mayores que no tienen tan fácil el acceso a los procesos y las gestiones bancarias digitales.
Según los últimos datos publicados por el Banco de España ya solo quedan 1,7 oficinas bancarias por cada 1.000 personas mayores de 60 años, aunque hay provincias como Pontevedra donde la proporción es prácticamente de una sola sucursal por cada 1.000 mayores.
Protestas y soluciones
Los medios de comunicación se han hecho eco de esta situación especialmente en las últimas semanas tras la campaña lanzada por Carlos San Juan, pensionista valenciano de 78 años, que recogió unas 400.000 firmas en change.org para pedir un trato más humano en los bancos, una atención directa y unos horarios más amplios. Logró ser atendido por el Banco de España y por el propio gobierno, que ha dado un plazo de un mes a las entidades bancarias para ofrezcan una solución.
Más allá de esto son numerosas las iniciativas que tratan de combatir esta brecha digital. En Sevilla la Cruz Roja ofrece talleres sobre el uso de móviles y ordenadores a más de 4.000 personas mayores.
En Castilla-La Mancha la Unión Democrática de Pensionistas ha propuesta instalar cajeros automáticos en los ayuntamientos de los pueblos para que puedan dar un servicio seguro a los mayores.
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Incluso hay quien pone su granito de arena solidario por su cuenta para ayudar a quien más lo necesita. Es el caso de Juanma, un vendedor de cupones de la ONCE en Marbella, que se ha convertido en una especie de ángel de la guarda para las personas mayores que se desesperan delante del cajero automático que está en frente de su puesto de venta. Cuando ve que un mayor lo necesita, deja sus cupones por un momento y se convierte en un improvisado asesor bancario.
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