Criptomonedas
La caída de una criptomoneda puede afectar a la economía de un país, pero no hundirla
El mercado de las monedas digitales está atravesando un momento de grandes turbulencias, con vertiginosas subidas y bajadas espectaculares. El desplome de la criptomoneda que promocionó el presidente argentino es un claro ejemplo, una muestra más de la volatilidad y la inseguridad que rodea a este producto.

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Elon Musk no es solo el hombre más rico del planeta y el más fiel escudero del presidente norteamericano Donald Trump. También es la cara visible, el principal impulsor del Dogecoin, una criptomoneda que surgió originalmente como una memecoin.
Esa vinculación tan estrecha entre el valor de que se le da a una moneda y la fama de la persona que lo respalda tiene efectos y consecuencias. "Un día la cotización de una criptomoneda puede estar arriba y al día siguiente estar abajo", recuerda Javier Cuervo, profesor de Innovación en la Universidad UNIE.
Que se dispare su precio o que se desplome, en el fondo, muchas veces "depende del grado de especulación previo que ha habido con esa criptodivisa", añade Mario Lafuente, Socio Director de ATL Capital.
Y eso es precisamente lo que ocurrió recientemente con Dogecoin. Cuando Trump y Musk llegan a la Casa Blanca, el valor de la criptomoneda se dispara. Pero algunos movimientos y algunas polémicas protagonizadas por ambos (especialmente el saludo al estilo nazi de Elon Musk) hacen que los inversores pierdan interés ante un activo tan vinculado a personajes discutidos o polémicos.
Los mayores hundimientos en criptomonedas, recuerda Javier Cuervo, se han producido por falta de interés o bien por problemas de seguridad. Se trata de un mercado tremendamente volátil porque es muy especulativo, añade Lafuente.
Dogecoin, afectada por polémicas y falta de regulación
Esas son precisamente las características de este mercado digital, para bien y para mal: Volatilidad, especulación e inseguridad. Inseguridad porque no hay ningún organismo nacional o supranacional que regule una criptodivisa. Por su propia naturaleza no existe un Banco Central ni un organismo que respalde su valor, no hay ningún responsable detrás de su cotización.
Siendo esto así la pregunta obligada sería ¿qué pasa si estas monedas caen de golpe, se desploman y pierden todo o casi todo su valor? Javier Cuervo es tajante y claro: "no tienes a nadie a quien reclamar". En todo caso, como mucho -aclara Mario Lafuente- "habría que averiguar quién tiene o tenía esas criptomonedas" antes de su caída.
Son activos, dicen los expertos, pensados sobre todo para especuladores, no para inversores, especialmente las llamadas memecoins (que simplemente están vinculadas a la fama o a la relevancia de una persona, de un objeto o de un meme de las redes sociales como Dogecoin). Aún así hay personas que sí consideran estos activos como una inversión y esos son los que podrían salir más perjudicados al perder de golpe buena parte de su dinero si se hunde una criptomoneda.
Si eso sucediera, los inversores se sentirían menos ricos de la noche a la mañana y eso podría tener cierta afectación sobre el consumo, pero -dicen los expertos- no hundiría la economía entera de un país. Al fin y al cabo son monedas que están absolutamente descentralizadas y no tienen capacidad de afectar a la moneda oficial ni a las finanzas de un estado.
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