Los demandantes, que han documentado la actividad de la plataforma, argumentan que BlaBlaCar es un caso de competencia desleal.
No obstante, en un comunicado de prensa la compañía se escuda en que “compartir gastos es legal”.
Explicando el método de funcionamiento de la plataforma, BlaBlaCar expone que el particular que ofrece su servicio “no hace lucro”.
Además también explica que en 2011, firmaron “un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Industria, Telecomunicación, y Comercio para fomentar las buenas practicas del "coche compartido" y ayudar así a la reducción de las emisiones de CO2 y la eficiencia energética”.
Sobre este mismo asunto, recuerda que tal y como el Ministerio de Fomento aclaró, “los gastos compartidos no cuentan como "retribución" por usar el coche de otras personas”.
La plataforma, que ya cuenta con más de nueve millones de usuarios en toda Europa, entró en España hace cinco años, y a día de hoy se ha convertido en el servicio de coche compartido más popular del país.
BlaBlaCar funciona a través de conductores particulares que publican en su página web qué trayecto de media/larga distancia van a hacer, y cuántas plazas libres tienen en el vehículo.
Al otro lado, están las personas en hacer ese trayecto. La plataforma actúa como intermediario en lo que presuntamente es un reparto de gastos de viaje, que se cobran por adelantado y en donde la compañía se lleva un 10% más IVA.
