Juegos Olímpicos Tokio 2020

Laurel Hubbard, la primera atleta transgénero que participa en unos Juegos Olímpicos: "Unos me apoyan y otros no"

Por primera vez en los Juegos Olímpicos ha competido una mujer que antes era hombre: la neozelandesa Laurel Hubbard ha participado en halterofilia en Tokio 2020.

Laurel Hubbard, la primera atleta transgénero que participa en unos Juegos Olímpicos: "Unos me apoyan y otros no"

Laurel Hubbard, la primera atleta transgénero que participa en unos Juegos Olímpicos: "Unos me apoyan y otros no"Efe

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La atleta Laurel Hubbard ha salido a la plataforma en la sede de halterofilia de los Juegos de Tokioeste lunes para levantar 120 kilos ante una gran expectación: se trata de la primera atleta transgénero en unos Juegos Olímpicos.

A la edad de 23 años, Laurel Hubbard dejó las pesas en categoría masculina, pero volvió al deporte y a la competición pasada la treintena y cuando ya había realizado una transición que la convertía en mujer.

La neozelandesa Laurel Hubbard, subcampeona del mundo en 2017, se disputó hoy el podio con otras levantadoras de pesas como Li Wenwen, campeona de la prueba y récord olímpico con 320 kg, la británica Emily Campbell que alzó 283 kg en la plata, así como la estadounidense Sarah Robles con bronce.

Pero la jornada de esta neozelandesa de 43 años, que había despertado un gran interés desde que se anunció su participación, acabó antes de tiempo durante la primera prueba.

Realizó los tres intentos de arranque fallidos y quedó descalificada automáticamente sin llegar a medirse en la prueba de dos tiempos. Aun así se mostró "profundamente agradecida" por la oportunidad.

Críticas y polémica

Una oportunidad que también ha suscitado críticas y polémica. Laurel lo tiene claro: "No soy diferente ni menos que nadie". La halterófila comenzó a hormonarse hace 8 años, en 2013, y su presencia en un deporte que exige tanta fuerza ha generado polémica: "Es un agravio para las mujeres que compiten en esa categoría, no es justo", dice el halterófilo español Andrés Mata.

Sin embargo, la neozelandesa compite en la categoría más alta y cumple con los niveles reglamentarios de testosterona: "Sé que algunos no me aceptan, pero otros me apoyan y eso es genial". Pero en su día más especial ha caído eliminada; no ha logrado levantar el peso en ninguno de sus tres intentos.

Y aunque el resultado no ha sido el esperado. su inclusión en el Olimpo del deporte ha marcado un antes y un después: "Da igual lo que la gente piense, yo espero que me respeten. Es lo único que pido para mí".

Quizá así consiga lo que siempre ha querido.

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