Inter de Milán
La historia de superación de Acerbi, el verdugo del Barça: "El cáncer fue mi suerte"
El autor del empate del Inter en el descuento superó en dos ocasiones un cáncer y cayó en el alcoholismo tras la muerte de su padre. Ahora es idolatrado en Milán.

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El gol decisivo que selló el 4-3 del Inter de Milán frente al Barcelona en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones llevó la firma de Davide Frattesi. Sin embargo, el verdadero protagonista de la noche fue otro: Francesco Acerbi. El veterano central, de 37 años, fue quien forzó la prórroga con un gol de ariete puro en el minuto 92 y 42 segundos.
Cuando el Barça ganaba 2-3 y acariciaba la final de Múnich, Acerbi se lanzó al ataque. A la desesperada, el de Vizzolo Predabissi se adelantó a Ronald Araujo en el primer palo y remató a la escuadra un centro medido de Dumfries. Un golazo, su primer tanto en Champions, que desató la locura en el Giuseppe Meazza.
"Qué cansada es la vida de delantero"
Celebró el tanto Acerbi con furia, se quitó la camiseta y vio la cartulina amarilla, aunque eso fue lo de menos. "Qué cansada es la vida de delantero", escribió más tarde con sorna en redes. El tanto es el quinto que marca en 116 partidos desde que llegó al Inter en 2022 procedente de la Lazio.
El gol, unido a una posible mano en el primer tiempo, un encontronazo con escupitajo incluido de Iñigo Martínez y finalmente su celebración desatada, le ha convertido en enemigo público del barcelonismo. Sin embargo, su historia personal va mucho más allá del fútbol.
Depresión y adicciones
Cuando jugaba en el Milan, club del que es canterano, su padre murió y entró en una depresión que le llevó a una adicción al alcohol. Posteriormente, ya en 2013, tras fichar por el Sassuolo, le detectaron en una revisión médica un cáncer en los testículos.
Volvió a jugar tras ser operado, pero recayó a finales de ese mismo año y tuvo que recibir quimioterapia. Entre ambas situaciones dio positivo por gonadotropina coriónica (hCG), una sustancia que ciertos tumores producen. El contraanálisis demostró su inocencia.
Un 'clásico' del Calcio
Desde entonces, su carrera ha sido ejemplo de resiliencia. Entre octubre de 2015 y enero de 2019 disputó 149 partidos consecutivos con el Sassuolo y la Lazio, quedándose a las puertas del récord de Javier Zanetti en la Serie A (162).
Y es que se convirtió en todo un clásico del Calcio: "Si no estoy yo, no se juega", bromeaba en 2018. "Más allá de bromas, me preparo de la mejor forma posible cada semana. Me prometí a mí mismo después de la enfermedad no lamentarme más".
Internacional con Italia (34 partidos, un gol), ganó la Eurocopa 2020 y ha sido pieza clave en el Inter campeón de una Liga, una Copa y dos Supercopas. Fue titular en la final de la Champions 2023, perdida ante el Manchester City.
Su vida cambió para siempre y lo reconoce abiertamente: "El cáncer fue mi suerte. Doy gracias a Dios por tenerlo. Un día comencé a gritar ¡sal de mi cuerpo! Pero seguía haciendo mi vida habitual. Tardes, bebidas, salía hasta las 7:00 horas de la mañana", confesó en una entrevista con L'Ultimo Uomo.
"Sin el cáncer habría acabado en la Serie B"
"Sin la enfermedad habría acabado jugando en la Serie B o, tal vez, me habría retirado. Por fortuna, alguien de ahí arriba me amaba y me envió la enfermedad. Sin ella hubiera terminado muy mal. Nadie me hubiera salvado", abundó. "Estoy satisfecho de la persona en la que me he convertido a pesar de todas mis deficiencias".
"Un año después de mi enfermedad me desperté con un ataque de pánico. Tenía miedo de mi sombra. Entonces empecé a pensar en las oportunidades que había desperdiciado", relataba. Ahora es esa 'sombra', como él mismo la define, la que persigue al Barça. Su nombre: Francesco Acerbi.
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