Cuando Schwarzenegger era Mister Universo, se oía a Madonna, y se escuchaba a Woody Allen, empezábamos a ver a los famosos de cualquier manera. Ron Galella les pillaba siempre con su cámara.
Ni Stallone, ni Elizabeth Taylor se escapaban, daba igual a dónde huyeran, siempre había ventanas indiscretas.
Un documental cuenta cómo trabajaba la pesadilla de las estrellas del siglo XX, una peste en los 70, ahora una estrella.
Su obsesión, Jackie Kennedy. Una vez la vio mientras hacía fotos a una modelo en un parque. Dejó su trabajo y la siguió en un taxi.
Sacó instantáneas hasta que el taxista tocó el claxon; flash y consiguió su propia obra maestra.
Según Galella: "Jackie me dijo, ¿estás contento? Y yo dije si. Lo llamo mi Mona Lisa". Ella, lo llevó a los tribunales por acoso. El perdió.
A Marlon Brando lo siguió hasta un restaurante. Llevaba unas 10 fotos hasta que le llamó “y me dio un puñetazo que me rompió cinco dientes”.
Otra pérdida, pequeña comparada con lo que ha ganado gracias a sus robados, aunque él se ve muy lejos de los paparazzis actuales. "No me gustan. Su única motivación es hacer dinero y no tienen educación. Yo soy un artista que retrata como en los viejos tiempos".
Aunque ahora le cueste menos que sus musas le sonrían.