El fuego ha reducido a cenizas los 764 monumentos grandes e infantiles que durante cinco días han adornado cada rincón de Valencia.
Con un presupuesto cercano a los nueve millones de euros, los monumentos falleros han sido pasto de las llamas en honor de San José, patrón de una ciudad, en la noche velada por un amplio dispositivo especial de bomberos, policía, protección civil y Cruz Roja.
Tras el duro trabajo de la plantà, dos emotivas jornadas de Ofrenda con más de 103.000 falleros y una espectacular Nit del Foc, el ritual fallero ha concluido con la nit de la cremà, que ha arrancado a las diez de la noche de este lunes con la quema de las fallas infantiles.
A medianoche, las fallas grandes comenzaban a arder y el fuego ha devorado sin miramiento la creatividad con la que los artistas han ironizado este año sobre la corrupción, la crisis y los recortes, sin olvidar a personajes del famoseo y el deporte.
Pasada la medianoche, las llamas consumían la falla de Nou Campanar, una sátira del artista Miguel Santaulalia sobre cómo una familia de nobles de la Inglaterra victoriana lidia con la crisis y que le ha valido el primer premio de la Sección Especial.
El fuego implacable solo ha perdonado la vida al "ninot" indultado por votación popular, una composición llamada 'Más difícil todavía', con dos payasos, un chico tocando el saxofón y una chica con una cría de chimpancé en brazos a la que la mona Chita, con cancán y sentada sobre un balón, da de comer.
La última falla en quedar reducida a cenizas ha sido la de la plaza del Ayuntamiento, el monumento representativo de la ciudad, que este año rendía homenaje al centenario de la primera revista fallera y al trabajo de los artistas.
La emoción se ha desbordado cuando las llamas se han alzado victoriosas envolviendo las figuras hacia el cielo de Valencia. La Fallera Mayor, Sandra Muñoz, ha reprimido las lágrimas aunque su rostro reflejaba la emoción que emana del acto culminante de las Fallas al igual que el de la alcaldesa Rita Barberá, que ha presidido el acto junto al president de la Generalitat, Alberto Fabra.