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TRABAJAN CON MESES DE ANTELACIÓN

Floristas y cofradías, unidos cada año para conseguir la mejor puesta en escena en Semana Santa

Algunas de las tallas que han desfilado por las calles en Semana Santa son verdaderas joyas. Flores, colores y tejidos diferentes, todos elegidos con sumo cuidado para que la decoración sea perfecta en cada talla. Pero tanta belleza requiere también mucho esfuerzo.

Las floristerías adquieren un papel determinante en la Semana Santa. Algunas de las tallas que desfilan en las procesiones tienen hasta 1.000 flores perfectamente cuidadas.

La preparación de los altares lleva mucho tiempo. Las cofradías y las floristerías se ponen manos a la obra hasta tres meses antes para conseguir la mejor puesta en escena.

Algunos altares, como los de Valladolid, son verdaderas joyas e incluso pertenecen al Museo Nacional de Escultura. Es por ello que hay que cuidar hasta el más mínimo detalle.

En este sentido, las flores son imprescindibles. Las eligen prudentemente, teniendo en cuenta el color que mejor las representa y con cuidado de no desviar toda la atención. Las conservan en cámaras frigoríficas a una temperatura de entre 6 y 9 grados, para que estén perfectas el día de su desfile.

Cada año, las cofradías comienzan los preparativos de sus pasos con meses de antelación para conseguir la perfección.

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