Premio Pulitzer

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PREMIO PULITZER

Fallece el fotógrafo que tomó la foto del niño cubano Elián González, "Eliancito"

El fotoperiodista de Associated Press retirado, Alan Diaz, cuya fotografía del atemorizado niño cubano Elián González lo hizo merecedor del premio Pulitzer, ha muerto. Tenía 71 años. En 1978 se mudó a Miami y comenzó a tomar fotos en la Pequeña Habana para organizaciones y publicaciones cubanoamericanas.

La hija de Diaz, Aillette Rodriguez-Diaz, confirmó que falleció el martes. Se desconoce por el momento la causa del fallecimiento.

La emblemática fotografía de Diaz muestra a un agente de inmigración de Estados Unidos frente a un niño en la casa de la Pequeña Habana de Miami en donde vivía con sus parientes después de que lo encontraron flotando en la costa de Florida.

Cuando tomó la fotografía ganadora, era trabajador independiente de AP. Un navegante encontró al niño cubano de 5 años flotando en una cámara de neumático en la costa de Fort Lauderdale el Día de Acción de Gracias de 1999.

Fue el único fotoperiodista en capturar el momento en el cual, cinco meses después, agentes de inmigración estadounidenses pusieron fin a una enconada batalla internacional por su custodia con un operativo efectuado antes de amanecer del día de Pascua, en el cual arrancaron al atemorizado Elián de los brazos de su tío para que pudiera regresar con su padre a Cuba.

Había pasado meses conversando con familiares de Elián y vecinos, mientras fumaban y tomaban café, ganándose su confianza y respetando una orden del tío del niño de que no le hablara al menor.

Cuando escuchó por radio que el asalto a la casa había comenzado, Díaz saltó una cerca y un amigo de los González lo dejó entrar. Acurrucado con varios familiares en una habitación, el niño le preguntó a Díaz qué estaba sucediendo. Apuntando con su cámara hacia la puerta de la habitación, Díaz trató de calmar los temores del niño. “No pasa nada, todo va a estar bien”.

Momentos más tarde, agentes federales armados entraron a la fuerza a la habitación y encontraron al niño llorando en los brazos del cubano que lo rescató en el mar. Díaz entregó entonces la tarjeta de memoria de su cámara sin siquiera ver las imágenes: se limitó a llamar al editor de fotografía de la AP en Miami y le dijo: “Tengo la foto”.

Siempre repetía que estuvo en el lugar adecuado en el momento adecuado.

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